Dama libertad [MCM]

Capítulo 15: A sweet Halloween.

La mañana había empezado con el mismo frenesí que últimamente pautaba sus días en la sede de campaña. Entre juntas con colaboradores, revisiones de estrategias y entrevistas inesperadas, el tiempo se les escurría entre las manos, y apenas alcanzaban a compartir miradas y susurros fugaces. Aun así, ambas guardaban la promesa de una noche diferente, de un momento para respirar, para reír, para dejarse llevar. Con Halloween como pretexto, Clara y Delsa habían organizado una fiesta en la casa de la montaña, un sitio que ya se había convertido en el refugio de sus fines de semana. El plan era sencillo: máscaras, disfraces, música y el tipo de locura que solo un Halloween bien celebrado podía evocar.

Ya casi en la tarde, mientras ambas revisaban los últimos pendientes, María le lanzó una mirada cómplice desde el otro extremo del escritorio, con la expresión de quien se muere por un descanso. Finalmente, se acercó a Danna, rozando su mano apenas.

-Ve adelantándote -dijo con tono suave y tentador-, necesito resolver un par de cosas, pero luego te alcanzo.

Danna sonrió y le dio un breve beso antes de salir. Sin embargo, ya en camino, un mensaje iluminó la pantalla de su teléfono: "Mi amor, surgió una reunión de último momento con la prensa para el cierre de campaña. Lo siento." Las palabras le cayeron como un balde de agua fría, pero la decepción dio paso a la comprensión; ella misma había visto el peso de esa campaña sobre María, y aunque lamentaba que su promesa quedara pendiente, sabía que la situación era inevitable. Inspiró profundo y se concentró en disfrutar de la noche que le esperaba.

La casa en la montaña estaba decorada como nunca, con luces moradas y naranjas creando sombras inquietantes sobre las paredes, y el aroma a incienso y canela envolvía el ambiente. Clara la recibió en la puerta, disfrazada de Delores, y al ver el rostro un tanto decaído de Danna, no dudó en ofrecerle su trago favorito: un mojito perfectamente preparado. Danna aceptó el vaso, y la calidez del primer sorbo la hizo sonreír. Al rato ya había bebido otros tres, y el ambiente festivo, junto con las risas de sus amigos, empezaba a borrar cualquier atisbo de tristeza. Al ritmo de la música, se animó a bailar con Clara y, entre un par de vueltas y risas, pronto se olvidó del mundo.

Pero justo cuando se sumergía en la música, una figura solitaria comenzó a destacarse entre la multitud. Era una mujer de altura esbelta, envuelta en un vestido victoriano oscuro, con una máscara dorada que cubría su rostro y dejando caer su cabello rojo en ondas seductoras. La desconocida tenía un porte particular, seguro, como si cada paso estuviera calculado, y sus ojos, intensos y misteriosos, parecían atravesar la máscara al posarse sobre Danna. Sin más, la mujer se deslizó entre la gente y llegó hasta donde bailaba con Clara. Su presencia hizo que ambos corazones se detuvieran un segundo; sin decir palabra, le tendió la mano a Danna con un gesto firme, casi posesivo, que no permitía réplica.

Con una mezcla de curiosidad y atrevimiento, Danna aceptó. Al fin y al cabo, ¿Qué era una noche de Halloween sin un poco de misterio? La desconocida la condujo hasta el centro de la pista, y cuando comenzó a sonar la intro de *M u s a e l e v á" de Omar Courtz, Danna sintió que aquel baile sería algo más que un simple encuentro fortuito.

La mujer de la máscara dorada la sostenía con firmeza, y su forma de moverse era hipnótica: sus caderas se deslizaban al ritmo de la música, y cada paso se transformaba en un juego de seducción. Parecía no solo bailar, sino guiarla, moldeando cada movimiento de Danna como si entre ambas se tejiera algo prohibido. La intensidad de su baile hacía que la más joven respondiera sin restricciones, moviendo sus caderas al ritmo de la música, con la adrenalina y el calor de la cercanía ardiendo en su piel. En un instante, ambas se fusionaron en un vaivén salvaje; Danna le bailaba con descaro, como si no hubiera testigos, moviéndose provocadoramente, sintiendo la tensión y el deseo fluir entre ellas.