Día 2
Pareja: SatoSugu
Etiquetas: Primer beso | Confesión | Atardecer |
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Con el cambio de estaciones llegó la primavera, la época más feliz del año y la menos ocupada de los hechiceros, además, la temporada traía consigo un sinfín de festivales que cierto albino no estaba dispuesto a perderse, sería un pecado perderse los manjares dulces que ahí se exhibían.
Esa fresca tarde, estaba invadiendo la habitación de su mejor amigo, como siempre. Satoru descansaba en la comodidad del piso mientras jugaba videojuegos, usualmente iba no para hablar, pero si para disfrutar de la compañía de cierto joven de ojos violeta. Por su lado, el pelinegro había pasado la tarde leyendo y hacía un rato que anunció que tomaría una siesta, aunque fue imposible teniendo a Satoru tan cerca. — Suguruuuu — llamó al más bajo que recién despertaba, o al menos eso creía.
— ¿Qué pasa, Satoru? — dijo sin abrir los ojos, pues llevaba un par de días sintiéndose mal y aquella siesta le había sentado de maravilla.
Dudo por un instante, pero mentalmente se animó a seguir.— ¿Tienes planes para el 13 y 14 de abril? — aunque se mantenía de espaldas a Suguru, la pálida piel del cuello de Satoru evidenció su sonrojo al hacer aquella pregunta, pero quería invitarlo al festival de Takayama.
Algo en el corazón del pelinegro se removió con violencia haciéndole sentir mariposas en su estómago, ver aquel sonrojo le daba alegría, más aún al escuchar aquella invitación, pues llevaba un tiempo dándole vueltas a lo que sentia por su amigo y por la forma en la que su cercanía o cero respeto por su espacio personal lo ponía nervioso, sin contar la molestia que le causaba cuando otras chicas se le insinuaban. Aceptar aquella salida era la ocasión perfecta para hablar al respecto, aunque a decir verdad temía confesarse, ya que no quería perder su amistad.
— Hmm... No que recuerde. — fingió desinterés. — ¿Por qué? — abrió sus ojos para ser tomado por sorpresa por la cercanía de Satoru, quien estaba de rodillas en el piso y con los codos apoyado en la cama, dejando solo un ligero espacio entre ambos.
— Entonces iremos al festival de Takayama. — no esperó confirmación del pelinegro, ya lo había decidido. — Así tengamos misiones, nos las arreglaremos para ir. — su cristalina mirada resplandecía de felicidad por aquello y su sonrisa iluminaba todo el espacio al mismo tiempo que su rostro lucía un ligero sonrojo.
Suguru no pudo evitarlo y soltó una ligera risilla, estaba nervioso. — ¿No se supone que deberías invitar a la chica que te gusta a ese tipo de cosas? — aunque intentaba disimularlo, su propio comentario le había dolido, tampoco quería hacerse falsas ilusiones.
El peliblanco tomó su juego, se puso de pie y sin siquiera verlo soltó un pesado suspiro. — No necesito a esas lloronas, además, quiero ir contigo y eso es lo que importa. — camino apresurado a la salida y no le dio tiempo a Suguru de replicar, aunque lo agradecía, ya que seguía procesando aquella reacción.
Los siguientes dos días fueron asignados a misiones a distintas ciudades, por lo que estarían fuera hasta el día 13 de abril. Satoru fue el primero en llegar a Takayama, y de inmediato le dio aviso a Suguru enviándole un mensaje de texto.
"Estoy frente al santuario, no tardes 😋"
El albino se quedó sentado en una acera mientras jugaba con un hermoso tulipán de color lila que había comprado de camino. Decir que estaba nervioso era poco, sus piernas temblaban y su mente divagaba entre todas las posibilidades de lo que podría suceder esa tarde.