Wrong Ends, Wrong Means

Chapter 12

Feyd se había dado cuenta de lo que iba a pasar tan pronto como vio la mirada en los ojos de Paul. Los labios de Paul estaban cálidos contra los suyos, todavía un poco agrietados por el desierto, pero dulces por el ponche que ambos habían estado bebiendo. Paul se inclinó más hacia arriba, moviendo una mano hacia arriba para tocar el cabello de Feyd y Feyd salió de su ensoñación momentánea, empujando suavemente el pecho de Paul tratando de ignorar la puñalada de dolor que lo atravesaba al ver la expresión de Paul.

"Paul". Dijo, incapaz de obligar a su cerebro a pensar en ninguna otra palabra. Mantuvo sus brazos sobre los hombros del otro chico, mitad para mantener a Paul donde estaba y mitad porque no podía confiar en sí mismo para no caerse.

"Feyd" Paul dijo de vuelta, callado e interrogando. Fue en este punto que el cerebro de Feyd finalmente logró procesar que Paul había dicho "te amo" y casi retrocedió. Él más firmemente sobre los hombros de Paul, mirando hacia el suelo con la esperanza de que dejara de tambalear de lado a lado. Paul abrió la boca de nuevo como para decir algo, pero no salieron palabras.

"Paul. No puedo dejar que hagas esto. No estás en tu sano juicio". Feyd dijo, aunque las palabras le dolieron para formar. Dejó caer sus manos de los hombros de Paul, miró al suelo de nuevo y se dijo a sí mismo que sabía la forma en que la gente reaccionaba ante este tipo de drogas, que les estaba haciendo un favor a ambos. De repente, una cabeza de cabello castaño suelto apareció debajo de su cara, bloqueando su vista del suelo de baldosas. Las manos de Paul estaban firmes detrás de su espalda, una mano agarrando a la otra como si se estuviera conteniendo físicamente y miró a Feyd con determinación.

"No, no lo soy". Dijo con firmeza, antes de que Feyd se enderezara y la cara de Paul se moviera para seguirlo. "Puede que esté un poco drogado en este momento, pero me he sentido así desde que te conocí, de verdad". La seriedad de su voz sacudió a Feyd y tomó el brazo de Paul, llevándolo suavemente al otro lado de la habitación antes de responder, en parte para obtener un poco más de privacidad, pero principalmente para darse tiempo para pensar.

"Eso no tiene ningún sentido. No tienes ningún sentido". Dijo, colapsando en un banco bajo y empujando los talones de sus manos hacia sus ojos. Paul se puso de pie torpemente, su rostro ahora trazado con líneas de preocupación por la clara angustia de Feyd. "Eso no es posible. Sé que no es posible y no puedo dejarte-"

"¿Por qué?" Cuestionó a Paul, el tono de su voz lo hacía sonar casi infantil y provocaba un extraño tipo de culpa en el fondo de la mente de Feyd. "¿Por qué?" Repitió, con más fuerza ahora, ojos suplicando a Feyd por una respuesta que Feyd sabía que era demasiado complicada para que él la pusiera en palabras, y mucho menos se la diera a Paul, pero una vez más sintió la maldita atracción de las drogas que lo instaba a seguir hablando, a acercarse, a evitar que Paul lo mirara de esa manera.

"No podré sobrellevarlo". Feyd dijo en voz baja después de una larga pausa durante la cual el continuo latido de los tambores se golpeó contra sus oídos a un ritmo vertiginoso. "No podré soportarlo, Paul. Es demasiado. No sabes cómo ha sido mi vida, cómo ha sido la gente... eres demasiado bueno para mí. No puedes mirarme así, no sé si puedo sobrevivir". Feyd se detuvo allí, su mirada aturdida se había transformado en una intensidad febril. Miró directamente a Paul ahora, profundas pupilas negras brillando con luz maníaca mientras buscaba los ojos del otro niño, rogándole que entendiera lo que estaba tratando de decir. Puso sus manos sobre los hombros de Paul y se inclinó para que sus frentes casi se tocaran y pudiera sentir el calor del aliento de Paul contra su rostro.