Wrong Ends, Wrong Means

Chapter 13

Eran las primeras horas de la mañana cuando Jessica y Thufir finalmente lograron romper al agente de Harkonnen. La sala de interrogatorios estaba caliente y apestaba a sangre y vómito. Un hombre rubio delgado estaba atado a una mesa en el centro de la habitación, sus ojos estaban en blanco y su cabeza se rizaba rítmicamente de lado a lado. Un brillo aceitoso de sudor cubrió la frente de Jessica y sus ojos estaban morados y hundidos por la falta de sueño, manteniendo la voz durante días y días había pasado factura. Una vez hecho, trató de agradecer a Thufir por su ayuda, pero todo lo que salió fue un susurro estrangulado y una tos que dejó una salpicadura de sangre en su palma.

Finalmente se habían dado cuenta de que una combinación de la voz y una dosis muy alta de especias podía usarse para evitar las compulsiones que De Vries había puesto en la mente del sirviente. Había confesado todo lo que sabía, decepcionantemente no era mucho, pero era suficiente para llevar al emperador y eso era lo que importaba.

El nombre del hombre había sido Andnej, había sido tomado como prisionero de guerra por los Harkonnen y incluido en el personal de su casa. Tenía una esposa y un hijo, aunque no los había visto ni oído hablar de ellos desde su llegada a Geidi Prime. No recordaba haber sido secuestrado, o el proceso por el cual su mente había sido alterada, pero sabía que se había ido a dormir una noche en sus aposentos en el palacio de Harkonnen y luego se había despertado en un barco a Arrakis con solo un pensamiento en su mente, para llegar a Feyd-Rautha Harkonnen y decir una cierta serie de palabras. No le habían dado ninguna otra frase desencadenante y eso preocupó a Jessica. Seguramente si De Vries hubiera trabajado en la mente de Feyd, habría plantado más de una trampa.

Aún así, estaba segura de que sería información más que suficiente para convencer al emperador de que pusiera al barón Harkonnen y a Piter de Vries ante un dichor de la verdad. Thufir se fue casi de inmediato, apenas tomándose el tiempo de lavar el sudor de su frente o el vómito de Andnej de su ropa antes de abordar un barco para Kaitain. Jessica permaneció en la habitación con Andnej durante algún tiempo después, observando su mandíbula flácida y su mirada vacía. Le habían dado mucho más sabor de lo que incluso ella había tomado y combinado con días de comandos de voz y las intromiscuciones de De Vries, parecía que su mente finalmente se había roto. Un idiota del Gom Jabbar era la única amabilidad que podía hacerle ahora, se quedó el tiempo suficiente para verlo dejar de respirar y hundirse hacia adelante antes de irse a buscar a su marido.

"Jessica". Fue todo lo que dijo Leto cuando ella medio cayó en su dormitorio y le rodeó los brazos del cuello por detrás. Él estaba sentado frente a una pila de papeles, pero ella sospechaba que él no había podido trabajar, no había podido concentrarse sabiendo lo que ella y Thufir estaban haciendo. Leto había tomado parte en el interrogatorio inicial, pero después de un día de no llegar a ninguna parte, Jessica se había dado cuenta de lo que iba a tener que hacer y le pidió que se fuera. Él había protestado, por supuesto, pero ella no quería que él la viera cambiar la mente de este hombre, no quería que él supiera esa parte de ella. Finalmente había cedido, volviendo a su estudio y a sus papeles.

Se dio la vuelta y la envolvió en sus brazos, acercándola y acariciando su cara contra su cuello. Ella sabía que debía oler fatal, pero él no se dio cuenta o no le importaba.

"Bien hecho, mi amor". Dijo en la curva de su cuello, su barba hacía cosquillas en la suave piel mientras hablaba. "Lo siento mucho".

"Era necesario". Ella dijo de vuelta en un susurro recortado, su voz grave y dolorosa.

"Thufir está en camino hacia el emperador. Pronto esto habrá terminado". Leto respondió, hablando en tonos suaves y reconfortantes como si le hubiera hablado a Paul cuando era niño. Leto movió una mano para descansar sobre su estómago ahora. "Volveremos a estar juntos, seremos una familia".