Relatos de héroes.

Viviendo, Sanando Y Muriendo.

México país en el que sus ciudadanos locales quieren cruzar la frontera norte y los que ya la cruzaron quieren regresar. Irónico, y a la vez hermoso.

Emigrar, trabajar y nunca olvidar sus raíces.

Todas las familias tienen miembros que deciden emigrar a los Estados Unidos para perseguir el sueño americano.

Así fue el caso de Mauricio Legorreta. Quién trabajo para una familia de adinerados y se enamoró de Judith Bourne, científica muy inteligente. Se enamoraron, viajaron juntos, vivieron juntos y trabajaron juntos.

Pero...

En el caso de Jeison Legorreta, él no decidió haber sido concebido por un padre Mexicano y una madre Estado Unidense.

El no pidió haber sido deportado junto a su padre, a los diez años.

No pidió haber nacido con un virus en su interior, un virus que lo mata lentamente.

El no pidió, comenzar a morir lentamente desde sus primer momento de vida.

No decidió haber sido deportado, porque la vida de su madre era demasiado ocupada, y estaba concentrada en curar la rara enfermedad que contrajo desde aquel viaje en Gran Bretaña.

Deportado. Porque su madre, estaba utilizando los recursos de una organización secreta “G MANS” porque un simbionte vivía en su interior y carcome sus células muy lentamente, y lo peor de todo fue que cuando ese simbionte la invadió, ella estaba esperando un hijo.

En su mundo, el joven Jeison fue olvidado por su madre. Años después vio morir a su padre. En su mundo, 
prácticamente él quedó huérfano a los quince años.

Huérfano, heredó el taller de su padre y cuando cumplió dieciocho, lo vendió a uno de sus trabajadores e inició un nuevo negocio.

Huérfano, comenzó a sanar porque encontró una virtud en el dinero, por eso su meta antes de morir siempre fue conseguir una suma millonaria, una meta que alcanzó en dos mil nueve, cuando los super salieron a la luz, él ya era millonario y dedicó su fundación a ayudar a personas que fueran víctimas de los ataques de estos individuos, a la edad de veinticinco años.  

¡Ayudar!
A eso dedicaría su vida infeliz y aún infeliz, comenzó a vivir.

El regreso de su madre. La oferta de parte de ella. Y el perdón los aceptó. Pero en la cúspide de su padecimiento comenzó a morir de nuevo. 

Sí, lo notó, notó que mientras más crecía se acercaba a una inevitable muerte.

Sí, quiso sanar, pero no existía cura para la enfermedad que lo acechaba.

El diagnóstico de los doctores jamás pudo explicar con detalles lo que era la enfermedad, era tan lenta y mortal como el cáncer. Pero no era cáncer. Te daba episodios de extrema fatiga igual que una simple fiebre con gripe. Pero no lo era.

Todo en su interior estaba empeorando, incluso sentía instintos suicidas en las noches de insomnio, en los momentos de ansiedad, o tristeza. Porque sin darse cuenta, las emociones negativas comenzaron a dominar pocos meses antes del reencuentro con su madre.

El trato que ella le ofreció fue la forma de controlar la infección y conseguir algunos años de ventaja o, buscar la cura definitiva ahora que la asociación encontró una planta "milagrosa" en un pequeño pueblo de Mérida Yucatán.

Juntos, combinando su inteligencia y recursos extrajeron la planta desde la fuente, y les ayudó no solo a encontrar el antídoto, sino también a descubrir un nuevo elemento misterioso.

Muchas dosis después:

Era una mañana agradable en Ciudad Libertad. El noticiero estaba transmitiendo en vivo una entrevista con "Leonardo del Bravo" miembro de un grupo que estaba intentando sacar provecho de la situación de los Super Humanos y se auto nombraban "La Filosofía del Nuevo Mundo" <Es interesante tu pregunta. Y la respuesta es que si, debemos considerar el hecho de que el calendario maya va a acertar> es la parte de la entrevista que Jeison escuchó de fondo.

Abrió los ojos con una enorme pesadez, y lo peor se presentó en el ardor de sus ojos.

Buscó automáticamente el control del televisor con la mano derecha, tentando por todas partes hasta que lo sujetó y lo quiso apagar, pero al voltear al frente sus ojos cansados notaron que el televisor, estaba apagado, incluso desconectado, pues el cable, por detrás se encontraba colgando.

—Puta madre —susurró y aventó el control. Control, que rebotó en el colchón, y en el suelo se quebró— resaca como te extrañé.

Frotó su rostro con la misma mano libre, mientras, puso más atención, y las voces que aún escuchaba se convirtieron en un zumbido que aturdió sus oídos.

.......

No pudo pensar y no quería esperar. Y en ese estado casi inconsciente, a la mano izquierda dirigió su visión y mente.

La droga conectada a sus venas no era heroína. Pero sí sus sentidos se contaminan.

Quiso extraerla con delicadeza, pero por alguna razón la mano le pesa, por eso jaló con fuerza.

El zumbido bajaba su volumen con el paso de los segundos. Jaló el tuvo hasta la bolsa que ya no tenía en antídoto.

El llamado “Virus-S” ante los ojos de Jeison no era nada más que un montón de mocos negros atrapados en una bolsa Flebobag.

La observó mientras el alivio lo transformó de nuevo en él mismo, por esa razón hablo libre de todo aturdimiento —ahora yo te estoy matando.

Así continuó, en esos momentos donde no pudo evitar sacar su lado esquizofrénico.

Al levantarse, sintió un mareo severo. Grandes estruendos en su estómago que comenzaban a subir por su esófago para convertir su saliva en una sustancia con sabor amargo.

No tuvo tiempo de correr al baño así que lo soltó ahí sobre la mesa de vidrio —puta, madre —Cuándo terminó, se arrepintió. En lo alto de su propio edificio él tendría que limpiar su propio vomito.

Caminó hasta la cocina a buscar con que limpiar y, tratando de controlar su caminar apesar gran malestar. El equilibrio le faltaba y no miró por donde pisaba, por eso  resbaló con una botella al intentar sujetarse de la barra.

De hocico cayó al suelo, llevando entre sus dedos escombros de concreto.

—Uno más, cómo no —dijo con la boca torcida, su siguiente acción fue sentar la frente en el suelo y abrir la boca para decir— cómo si no hubiera demasiados super humanos.

El siguiente estruendo vibró en su pantalón, así que en suelo se convirtió en  la cama sobre la que contestaría el teléfono —¿Qué pasó?

<<Que alivio, estás vivo todavía>>

—Si yo también me sorprendí. Oye ¿Tú estás viendo las noticias?

<<No, estoy de camino a la agencia, quieren que regrese por un asunto de urgencia en Nueva York>> 

—Está bien ten cuid... —el ruido del tráfico se disparó en una orquesta de bocinas que aturdieron sus oídos nuevamente, en consecuencia, Jeison en voz alta se quejó.

<< ¿Jeison, estás bien? >>

—Si —dijo con una voz que demostraba el aguante del dolor— si estoy bien, hablamos luego.

Y colgó. 

Ese día comenzó de la mierda, en su transcurso le fue de la mierda, y terminó mucho peor que la mierda.

Pero, hay algo que Jeison no tuvo en cuenta, pero lo aprendió con el tiempo.

Ese fue su primer día, en su nueva vida.
El día que el destino para siempre lo sanó.
Un día en el que volvió a vivir.

Se volvió fuerte. Se volvió super. Se volvió imparable.

Y aunque se volvió más de lo que ya era...

¡Perdió a su madre! Y volvió a morir.

¡Encontró el amor! Y volvió a sanar.

¡Se convirtió en Black Devil! Y volvió a vivir.