Kim Jennie una mujer actualmente de 26 años. Actualmente vive sola acompañada de un perro, un pequeño Pomeranian marroncito llamado Kuma. Es veterinaria, desde pequeña fue uno de sus sueños poder ayudar a los animales, es amante de los animales así...
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Kim Jennie.
--Ven aquí... --indique tomándola de la muñeca y acercándola haciendo que se apoyará sobre la camilla.
Se quedó algo desconcertada.
Tenía un par de heridas, que obviamente fueron por la gatita. Ya veo que la quiso rasguñar entera.
Tomé un par de algodoncitos con suero.
--¿Que pasa?..
Moje un poco el algodón con el suero y eché un mechon de su cabello atrás de su oreja ganando su atención por completo.
Minjun se quedó estática enseguida al sentirme tan cerca suyo. Se quedó callada y solo dejó que me acercará para limpiarle un poco el enorme mordisco que le metió en la oreja.
Le salió un poco de sangre, era normal, el gato vio la oportunidad para morderla, y la aprovechó.
Tomé todo aquel cabello para que no me estorbará mucho sosteniéndola de su nuca, cosa que antes de poder pasar el algodón por su oreja, vi por el rabillo del ojo como hacía una pequeña mueca.
--¿Aun no te pase el algodón y ya te quejaste?..
--No.. por tu culpa me sigue doliendo la nuca. --dijo con sus cejas fruncidas.
Fijé mi mirada en su nuca y noté un pequeño punto color amarillento y un poco lila. Eso era un mini moratón. Mordí el interior de mi mejilla evitando reírme al recordar toda la pelea de ayer.
Sin decir nada, me fijé nuevamente en su oreja y pasé lentamente el algodón, cosa que ya la oí quejarse.
--Esperate... --susurré mientras pasaba el algodón un poco por dentro y alrededor de la mordida donde le clavo hasta el fondo los colmillos.
Con rapidez, Minjun tomó mi muñeca evitando que moviera más el algodón.
--Basta.. duele mucho... --dijo casi en lo bajo.
Me fijé en su rostro, mantenía sus ojos cerrados y los presionaba un poquito.
--Solo.. déjame un segundo más... --hable, a lo que solo asintió soltando mi muñeca.
Me acerqué un poco más y moví un poco su oreja hacia adelante para pasar el algodóncito por detrás de la oreja.
--Okey.. ya...
Con rapidez, Minjun volteó su rostro luego de estar manteniendo su mirada a un lado para que pudiera ver mejor su oreja.
Hicimos contacto visual al segundo. Nuestros rostros estaban lo suficientemente cerca como para poder sentir su respiración cerca de la mía. Mis mejillas comenzaron a arder un poco, apreté mi mandíbula procesando lo cerca que tenía sus labios como para poder besarla ahora.
