Kim Jennie una mujer actualmente de 26 años. Actualmente vive sola acompañada de un perro, un pequeño Pomeranian marroncito llamado Kuma. Es veterinaria, desde pequeña fue uno de sus sueños poder ayudar a los animales, es amante de los animales así...
Buenos días, buenas noches y buenas tardes a todos!
Este será el último capítulo del año, espero que lo disfruten!
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Choi Minjun.
[...]
Un par de días después.
Me encontraba en mi despacho mirando mi portátil. Hace dos días vino un señor explicandonos que quería hacer realidad la casa de sus sueños junto con su pareja. Estuvimos hablando durante un par de horas junto con Jimin sobre el tema.
Ese era mi nuevo trabajo ahora, la casa de la señorita Minjae comenzamos ayer a preparar todo para comenzar la construcción, de hecho comenzaron está mañana. Luego volví de nuevo al despacho para seguir con mi trabajo, y ahora aquí estaba.
En eso, Jimin me saco de mis pensamientos entrando a mi despacho de golpe.
--¿Estás bien?.. --pregunto directamente, a lo que volteé a verlo extrañada.-- E entrado dos veces y aún sigues así, en que piensas? Aún ni siquiera tocaste tú portátil.
--Oh en nada... Estaba intentando ordenar mi mente, no es nada... --respondí con una pequeña sonrisa de labios.
Jimin solo frunció sus cejas, me miró con sus ojos entrecerrados, pero no dijo absolutamente nada para luego irse sin más de mi despacho.
Solté un largo suspiró. Llevo un par de días algo desconcentrada de todo, pero es por culpa de Jennie. Aún ni siquiera se lo conté a Yumi porque no encuentro el momento correcto para hacerlo. Y en cuanto a Jennie, hace días que no la veo ni hablo con ella para nada, la ultima vez que la vi fue ese lunes luego de tener sexo en la noche. Y la verdad que no paro de pensarlo todo el tiempo.
Me cuesta dormir durante las noches, porque en lo único que pienso es en ella. Mi mente no para de recordarme su nombre a cada rato, y lo odio. A cada momento que estoy con Yumi mi mente vuelve a recordarme su nombre, y terminó desconcentrandome de todo y me vuelvo a sentir mal sabiendo lo que hice y que en cualquier momento tengo que contárselo.
Odio esto. Intento buscar momentos en el que pueda tener toda la atención de Yumi, de hecho, ya la tengo, solo que no se en qué momento pedirle para hablar seriamente y contarle todo. Se me hace muy difícil sabiendo que terminará destrozada y herida por mi culpa.
Intento esforzarme para hablar y decírselo ya, porque no quiero que siga conmigo sabiendo que le puse los cuernos, pero cuando quiero hablar, mi boca automáticamente se cierra y no me sale confesar la verdad viendo la sonrisa hermosa que tiene.
Pase mi mano sobre mi rostro y frote un poco mis ojos para intentar concentrarme en mi trabajo en lo que aún ni siquiera comencé.
