El Pan de la Muerte

La Oportunidad

Desesperados por detener lo que parecía inevitable, Hans y Helga decidieron que la única forma de romper la maldición era destruir por completo el origen del ritual: el altar pagano que Heinrich había creado en lo más profundo del sótano. Sabían que, aunque el edificio se había derrumbado, los cimientos aún podrían ocultar el antiguo altar.

Reunieron las pocas armas que tenían y volvieron a la panadería en ruinas. Bajo las cenizas y escombros, encontraron una entrada oculta que llevaba a una cámara aún más profunda que el sótano que habían descubierto. Allí, en un lugar oscuro y húmedo, encontraron el altar. Era una piedra antigua, cubierta de símbolos grabados, con restos de sangre seca. Sabían que era el corazón de la maldición.

Con todo su coraje, Hans usó dinamita para destruir el altar. Pero en el momento en que lo hizo, un grito espeluznante resonó en el aire, como si el mismo pueblo exhalara su último aliento.