El primer miembro registrado de la familia Bäcker que formalizó el culto fue Klaus Bäcker, un panadero en el siglo XIII. Klaus, originario de una pequeña aldea de la Selva Negra, fue introducido al culto por un sacerdote pagano que vivía en los bosques cercanos. Este sacerdote, último remanente de los cultos primitivos, enseñó a Klaus los antiguos rituales, explicándole que el pan, cuando se mezclaba con carne humana, podía convertirse en un vehículo para alimentar a Der Schlund.
Klaus, buscando prosperidad y poder, implementó los rituales en su panadería. Bajo la apariencia de un simple panadero, Klaus estableció las primeras conexiones entre la panadería y los sacrificios humanos. Los aldeanos empezaron a notar que, aunque los tiempos eran difíciles, Klaus nunca parecía tener problemas económicos ni escasez de productos. Las desapariciones de viajeros y forasteros comenzaron a aumentar, pero nadie sospechaba que la panadería fuera la fuente de las tragedias.
Klaus fue el primero en construir un altar bajo su panadería, donde realizaba los sacrificios y luego convertía la carne en ingredientes para sus productos. Su éxito en el negocio atrajo a otros seguidores del culto, que veían en él un líder. Klaus extendió la influencia de Der Schlund por la región, asegurando que la familia Bäcker permaneciera en el poder durante generaciones.
Margaretha Bäcker (Siglo XV)
Dos siglos después de Klaus, Margaretha Bäcker se convirtió en la gran matriarca del culto y una de las figuras más importantes en la expansión del poder de la familia. A diferencia de sus predecesores, Margaretha fue una mujer que supo combinar la brutalidad del culto con la astucia política. En tiempos medievales, donde las supersticiones eran moneda corriente, Margaretha aprovechó el temor de los aldeanos para consolidar el control sobre el pueblo.
Margaretha perfeccionó el uso de la panadería como fachada, pero fue aún más allá. Introdujo un sistema de "limosnas" donde se repartía pan gratis a los pobres y enfermos. Sin embargo, aquellos que consumían el pan quedaban, sin saberlo, ligados a Der Schlund. Este truco permitió a la familia Bäcker crear un flujo constante de víctimas sacrificables, manteniendo a la deidad satisfecha y asegurando la riqueza y longevidad de la familia.
Se decía que Margaretha vivió casi 90 años, una edad inusualmente avanzada para su época, debido a las "bendiciones" de Der Schlund. Algunos creían que ella misma era capaz de consumir la vida de otros para prolongar la suya. Durante su reinado como líder del culto, la familia Bäcker se volvió aún más temida, aunque nunca enfrentaron acusaciones formales debido al temor que infundían en el pueblo.
Heinrich Bäcker (1945 - 1974)
El más reciente heredero del oscuro legado, Heinrich Bäcker, regresó de la Segunda Guerra Mundial con un fervor renovado por las antiguas tradiciones del culto. Durante su tiempo en el frente, Heinrich fue testigo de las atrocidades más inimaginables, lo que lo endureció y lo llevó a creer que el caos de la guerra era una manifestación del hambre eterna de Der Schlund.
Mientras servía en el frente oriental, Heinrich descubrió antiguos escritos en monasterios saqueados que detallaban rituales de canibalismo y sacrificio humano en tiempos de crisis. Heinrich se apropió de estos textos y comenzó a reinterpretarlos dentro del marco de su propio culto. Creía que los horrores de la guerra habían fortalecido el poder de Der Schlund, y que la única manera de salvar a su familia de la destrucción era mediante sacrificios más regulares y complejos.
A su regreso a Alemania, Heinrich renovó el culto con un fervor casi fanático. Estableció conexiones con otros grupos ocultistas que habían sobrevivido la guerra y reintrodujo ritos antiguos, muchos de los cuales habían sido olvidados o suprimidos durante generaciones. Heinrich también expandió el alcance de la panadería, creando una red secreta de seguidores que se extendía más allá del pueblo, atrayendo a nuevos adeptos al culto de Der Schlund.
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El Pan de la Muerte
Misterio / SuspensoAño 1974. Alemania. una panadería de tradición familiar alberga secretos que tal vez te quitaran el hambre....