El Culto a Der Schlund: Orígenes y Evolución

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El Antiguo Ritual

El culto a Der Schlund comenzó miles de años antes de que las aldeas en la Selva Negra tomaran forma. En una era de hambruna interminable, cuando las tribus primitivas de cazadores-recolectores luchaban por sobrevivir en las profundidades del bosque, se creía que los dioses antiguos abandonaban a los mortales. Un chamán, cuyo nombre se perdió en la historia, descubrió una forma de contactar con Der Schlund, el dios olvidado del hambre. El dios ofreció una solución: sacrificios humanos que alimentarían su insaciable apetito a cambio de bendiciones en forma de comida y bienestar para la tribu.

El primer altar fue levantado en una caverna secreta, cubierta de símbolos arcaicos. Allí, el chamán realizaba los sacrificios. Pero Der Schlund era astuto; no solo pedía ofrendas, sino que prometía a los líderes del culto la vida eterna a cambio de devorar la carne de sus iguales. Así se selló un pacto: los líderes del culto vivirían más tiempo que los mortales comunes, siempre y cuando continuaran el ciclo de sacrificio y consumo.

La Carne como Sacrificio Divino

Con el tiempo, los rituales se estructuraron más meticulosamente. Los sacrificios debían ser jóvenes y fuertes, y sus cuerpos consumidos completamente para honrar a Der Schlund. Para el dios, la carne humana no era solo una ofrenda: era una manifestación de la vida, el último tributo a su poder sobre la existencia y la muerte. Los sacrificios garantizaban cosechas abundantes, lluvias favorables, y mantenían la influencia del culto en la región.

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