El Pan de la Muerte

Los Rituales y el Sótano Sagrado

En lo más profundo del sótano de la panadería, Heinrich Bäcker y su familia realizaban los rituales más sagrados del culto. La piedra negra que descubrieron Hans y Helga era en realidad un altar construido sobre los restos de un antiguo lugar de poder pagano. Aquí, los Bäcker ofrecían los cuerpos de los desafortunados viajeros al dios, creyendo que, al alimentar a Der Schlund, el poder del dios permanecería con ellos y les otorgaría protección y prosperidad.

El proceso del sacrificio seguía un ritual estricto:

1. Captura y elección de la víctima: Las víctimas eran cuidadosamente seleccionadas, preferentemente forasteros que nadie echaría de menos, aunque en tiempos de necesidad, aldeanos también podían ser sacrificados. La carne de aquellos que habían consumido el pan de los Bäcker era considerada particularmente valiosa, pues ya estaba "preparada" a través de la influencia de Der Schlund.

2. La preparación: La carne humana debía ser preparada con un conjunto específico de hierbas y especias, una receta ancestral transmitida a través de generaciones. Este proceso no solo ocultaba el sabor de la carne, sino que también activaba el poder místico del sacrificio, lo que la convertía en una ofrenda digna para el dios.

3. El banquete ritual: Tras el sacrificio, la carne era mezclada con la masa del pan, y una parte se reservaba para ser consumida por la propia familia Bäcker, como un rito de renovación de su vínculo con Der Schlund. Este acto aseguraba que el hambre del dios no los devorara a ellos, al menos por un tiempo.

4. El reparto: El resto del pan se vendía a los aldeanos, extendiendo la influencia del culto más allá de los muros de la panadería. Cada cliente que lo comía, sin saberlo, sellaba su destino.