Capítulo 11: El Enemigo en las Sombras

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La mañana era tranquila en uno de los círculos del infierno. La oscuridad habitual cedía ligeramente ante los rayos escarlata que atravesaban las nubes, mientras las actividades no cesaban. Adam estaba supervisando la construcción del castillo, su mirada recorriendo los avances que los infectados habían logrado en tan poco tiempo. Las paredes se elevaban, imponentes y sombrías, un reflejo del nuevo orden que Adam pretendía imponer en el infierno.

Mientras observaba, Gabi llegó apresurada, su presencia siempre vibrante y llena de energía.

—Adam, ya están listos para moverse al siguiente círculo —anunció, cortando su concentración. Luego, mirando alrededor, preguntó—: ¿Dónde está Lute? Ella debía ayudar a organizar a los que irán con nosotros.

Adam, un poco incómodo, desvió la mirada. El recuerdo de la noche anterior aún estaba fresco en su mente, y no sabía exactamente cómo explicarle a Gabi lo que había sucedido.

—Está durmiendo todavía —respondió finalmente—. Nos quedamos... ocupados en un asuntito que nos tomó hasta tarde.

Gabi alzó una ceja, pero no dijo nada más al respecto, entendiendo que era mejor no indagar.

—Entendido. Por cierto, según lo que me enteré, capturaron a un Overlord. Valentino, para ser exactos. Tal vez deberíamos hablar con él.

Adam asintió, interesado en el desarrollo. Valentino era una figura clave en los círculos del infierno, y su captura era una oportunidad que no podían desaprovechar.

—¿Y qué hay del hotel de la princesa? —preguntó Adam, su mirada volviéndose más calculadora al referirse a Charlie.

—Nadie ha salido de ahí en un buen tiempo. Y la que se supone debía encargarse de mantener el control de esa zona no ha dado señales de vida —respondió Gabi con cierta preocupación.

Adam suspiró aliviado al escuchar que no había movimientos inusuales provenientes de aquel lugar. Antes de que pudiera decir algo más, Lute apareció volando por los aires, acercándose a ellos con gracia, aunque mostraba signos de cansancio.

—¿No te cansas de volar? —le preguntó Gabi, algo curiosa.

Lute lanzó una rápida mirada hacia Adam, quien desvió la suya, incómodo. Ella sonrió levemente antes de responder.

—Prefiero volar. Me mantiene despierta —dijo, con una risa suave.

Adam no dijo nada, pero observó cómo Lute empezaba a mostrar signos evidentes de agotamiento. Pronto se reunirían con el grupo que debía descender al siguiente círculo del infierno, pero su atención se desvió momentáneamente hacia la construcción del castillo. Mientras caminaban, Adam notó que Lute empezaba a volar más bajo, sus alas perdiendo fuerza. En un momento, cuando finalmente aterrizó, su cuerpo no aguantó más y se desplomó.

—¡Lute! —gritó Gabi, corriendo hacia ella.

Lute levantó la mirada cansada, sonriendo ligeramente mientras Gabi la ayudaba a sentarse.

—Por eso prefiero volar —murmuró Lute, tratando de controlar su respiración.

Gabi se giró hacia Adam para hablarle, pero cuando levantó la vista, Adam había desaparecido. La mirada de Gabi se endureció por un segundo, pero decidió no hacer preguntas. En su lugar, ayudó a Lute a acomodarse en una silla cercana.

—Voy a revisar algunas cosas —dijo Gabi—. Quédate aquí y descansa. Adam o yo vendremos en un rato.

Lute, exhausta, asintió sin objetar. Gabi desapareció, y momentos después, Adam reapareció frente a ella. Se acercó lentamente, con una expresión de arrepentimiento en su rostro.

Pecado Z: El AlzamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora