Capítulo 6: El Eco de las Decisiones

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En la oficina de Sera, el sonido de algo siendo destruido rompió el silencio como un rayo inesperado. Un corte de luz brillante atravesó el aire, originado por la espada de Michael. Su golpe había sido rápido y preciso, pero Sera logró esquivarlo por poco. Los pedazos de su escritorio cayeron al suelo. El rostro de Michael, serio y decidido, estaba marcado por una furia contenida. La noticia que acababa de recibir no era lo que esperaba, y aunque su rostro parecía calmado, el leve temblor en su mano traicionaba su verdadero estado.

—Sera —su voz sonaba grave y controlada, pero cargada de reproche—. ¿En qué estabas pensando?

Sera, temblando ligeramente, no pudo evitar retroceder un paso. Sabía que este enfrentamiento sería inevitable desde el momento en que decidió ocultar lo ocurrido. El peso de sus malas decisiones caía sobre ella como una tormenta inminente.

—Michael... —susurró con la voz quebrada—. No quería molestarte, pensé que podría manejarlo sola.

Michael bajó la mirada, tomó aire profundamente y luego, con un movimiento lento, envainó su espada. Pero la tensión no disminuyó.

— ¿Manejarlo? —Michael rió brevemente, pero su risa era sarcastica—. ¿De verdad crees que colaborar con Lilith fue la mejor forma de "manejarlo"? —Sus ojos brillaron con ira—. ¿Te das cuenta del error que cometiste? —Se acercó a ella, sus pasos resonaban en el suelo de mármol—. ¿Recuerdas lo que sucedió después del primer exterminio?

Flashback: Primer Exterminio

Era un día oscuro en los pasillos celestiales cuando Michael regresó del infierno, cargando a Adam en sus brazos. El que una vez había sido fuerte y estaba resuelto herido de gravedad. La sangre manchaba sus ropas, y su rostro mostraba signos de dolor, pero más preocupante aún era la sombra de corrupción que se extendía por su cuerpo. Lilith lo había atacado con su tridente, y aunque la herida física era grave, lo que realmente aterrorizaba a Michael y Sera era el veneno de la corrupción que ahora invadía su alma.

Los sanadores se apresuraron a socorrerlo, pero el veredicto fue desalentador.

—La corrupción está avanzando rápidamente —informó uno de los sanadores mientras Sera observaba con el corazón encogido—. No podemos detenerla un tiempo. Si no hacemos algo, caerá bajo su control.

—¿No hay forma de curarlo? —preguntó Sera, desesperada, sintiendo una angustia que nunca había experimentado antes.

—Con tiempo podriamos —respondió el sanador—, pero la corrupción no nos está dando ese lujo. Hay una posibilidad... si hacemos que Adam asimile la energía corrupta, puede que sobreviva. Sin embargo, no será el mismo. Cambiará para siempre.

El silencio cayó en la sala mientras Michael y Sera intercambiaban miradas. Ninguno quería aceptar esa opción, pero la alternativa era perder a Adam.

—Hazlo —dijo Michael, su voz grave y llena de resignación. No había otra salida. No podían perderlo.

Así fue como comenzó el cambio de Adam. Tras similar la corrupción, su personalidad se transformó lentamente. Se volvió más altivo, menos paciente, y sus ideales de perdón y redención comenzaron a desmoronarse. Sera para evitar que el dolor del primer exterminio lo marcara aún más, decidió bloquear sus recuerdos de lo ocurrido, protegiéndolo de la culpa por haber fallado, pero también sellando una parte de quien realmente era.

Fin del flashback

—Sabía que querías lo mejor para él —continuó Michael, su voz ahora más suave, pero firme—, pero eso no justifica tus acciones. Si sabías que todo esto estaba pasando, ¿por qué no me lo dijiste? —Michael la miró con dureza, pero también con cierta culpa—. Yo me habría encargado de los exterminios desde el principio.

Pecado Z: El AlzamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora