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Después de una noche llena de arte y risas, el grupo decidió que era el momento perfecto para continuar la diversión. Se dirigieron a un bar cercano, con luces parpadeantes y música suave que envolvía el ambiente. Ringo, George, Paul y Linda se acomodaron en una mesa al fondo, mientras John se quedaba atrás, prometiendo que llegaría un poco más tarde tras dejar a Julian con Cynthia.

—Espero que John no se tarde mucho —dijo Paul, tomando un sorbo de su bebida. —Siempre llega justo a tiempo para la parte más divertida.

—¿Y qué? —respondió Ringo, bromeando—. ¿Acaso no puedes divertirte sin él?

George se encogió de hombros, sintiendo que la tensión de la exposición aún lo seguía. Había logrado desconectar de Pattie, pero no por mucho tiempo. Mientras reían y compartían historias, su teléfono vibró en la mesa. Era Pattie.

—No, no, no —murmuró George, pero Ringo ya lo había visto.

—¿Es Pattie? —preguntó Ringo, tratando de hacer que sonara divertido.

George suspiró y aceptó la llamada. —¿Qué quieres, Pattie?

La voz de Pattie al otro lado era clara y exigente. —George, ¿por qué no me has contestado? Necesito que me ayudes con algo. Estoy en un aprieto aquí.

—Lo siento, pero estoy ocupado. ¿No puedes pedirle ayuda a alguien más? ¿A Eric? —respondió George, sintiéndose frustrado.

—¡Pero tú eres el único que puede hacerlo! —exclamó Pattie, su tono subiendo de intensidad. —¿Qué te cuesta ser un poco más considerado?

—¿Considerado? Pattie, no quiero tener que lidiar contigo cada vez que necesitas algo. Tengo mi propia vida. Además, ¿Por qué no te ayuda tu novio? —replicó George, ya perdiendo la paciencia.

Ringo, observando la situación, se inclinó hacia George y susurró. —Corta la llamada. No vale la pena.

—No —contestó George, sin apartar la vista de su teléfono. —Necesito ponerle un alto a esto.

Pero Pattie no se detuvo. —No entiendo por qué te comportas así. Siempre has sido tan… inflexible.

Ringo vio cómo la frustración de George aumentaba. —No es que yo quiera ser inflexible, Pattie. ¡Es que estoy cansado de ser tu plan B!

George colgó el teléfono de golpe, su cara enrojecida por la rabia. Ringo lo miró con preocupación. —¿Estás bien?

George se levantó de un salto, incapaz de contener su enojo. —No, no estoy bien. Estoy cansado de que Pattie siempre me busque cuando necesita algo.

—George, tranquilo. Solo es una llamada —dijo Ringo, intentando calmarlo.

—¡No es solo una llamada! —exclamó George, dirigiéndose a la salida del bar. —¡Estoy hastiado!

Ringo lo siguió rápidamente, sintiendo que la situación se salía de control. —¿A dónde vas?

—Necesito aire —dijo George, saliendo a la fría noche, el aire fresco golpeando su cara.

Una vez afuera, George comenzó a caminar, sintiendo cómo la rabia se desbordaba. Ringo lo siguió, preocupándose por su amigo.

—¡George! —gritó, tratando de alcanzarlo. —¡Espera!

George se detuvo, respirando profundamente. —No puedo seguir así. No puedo estar siempre disponible para ella. Estoy cansado.

Ringo se acercó, colocando una mano en su hombro. —Lo entiendo, amigo. Pero debes hablar con ella de esto, no simplemente huir.

Two of us (Starrison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora