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Ringo se despertó con una sensación renovada. Después de la confusión y el malestar de los días anteriores, había tomado una decisión: quería un nuevo comienzo. Así que, en un intento de enfocar su energía en algo positivo, había decidido buscar un trabajo extra. La idea de ayudar a Paul en su trabajo de maestro de musica en la escuela secundaria le parecía perfecta. Podría utilizar sus habilidades musicales y, al mismo tiempo, alejarse del caos que había invadido su vida personal.

Después de la entrevista, la directora del colegio le había dicho que era exactamente lo que necesitaban. La noticia le trajo una sonrisa genuina a su rostro. "Empezarás mañana".

Al llegar a casa, Ringo encontró a George en su estudio, inmerso en su trabajo. Sabía que su amigo aún estaba molesto, pero Ringo estaba decidido a compartir su buena nueva.

—¡George! —llamó, entrando sin hacer ruido. George levantó la vista, algo sorprendido.

—Hola —respondió, con una mezcla de curiosidad y frialdad.

Ringo se acercó, tratando de mantener un tono optimista.

—Tengo algo que contarte. Conseguí un trabajo como asistente de música en la escuela secundaria donde trabaja Paul. Empiezo mañana —anunció, su voz llena de entusiasmo.

George lo miró, y por un momento, Ringo pudo ver un destello de interés en sus ojos.

—Eso es genial, Ringo. Me alegra por ti —dijo George, aunque su tono seguía siendo cauteloso.

—Gracias —contestó Ringo, sintiendo que la distancia entre ellos comenzaba a disminuir un poco—. Podría ser bueno para mí, ya sabes, un cambio de aires.

George asintió, pero Ringo podía notar que aún había una carga en el aire. Decidió no presionar y continuó hablando sobre sus planes para el trabajo, describiendo cómo planeaba ayudar a Paul con las clases y organizar pequeñas presentaciones con los alumnos.

—Eso suena divertido —dijo George, esbozando una pequeña sonrisa—. Siempre te ha gustado trabajar con chicos.

—Sí, y creo que será un buen ambiente para mí —Ringo respondió, sintiendo que la conversación estaba tomando un giro más positivo.

Mientras hablaban, la tensión seguía en el fondo, pero Ringo sentía que la chispa de su amistad aún estaba allí, esperando a ser reavivada. Sin embargo, sabía que tendría que hacer más para demostrarle a George que estaba comprometido a cambiar.

Esa tarde, mientras George seguía en su estudio, Ringo salió a hacer algunas compras. Pensó que sería una buena idea llevar algo para celebrar su nuevo trabajo. Después de un rato, volvió a casa con un par de cervezas y un pequeño pastel. Al entrar, George ya había salido de su estudio y estaba en la cocina.

—Mira lo que traigo —dijo Ringo, levantando las cervezas y el pastel.

George miró las compras con curiosidad, una ligera sonrisa apareció en su rostro.

—¿Celebrando algo? —preguntó, con un tono más ligero.

—¡Por supuesto! ¡Mi nuevo trabajo! —Ringo respondió, sintiéndose más animado—. ¿Te gustaría unirte a mí?

George dudó un momento, pero luego asintió.

—Está bien, una pequeña celebración no hará daño —dijo, acercándose para tomar una cerveza.

Los dos se sentaron en el sofá, abriendo las cervezas y comenzando a charlar sobre su día. A medida que la conversación fluyó, Ringo sintió que el ambiente entre ellos se iba suavizando.

La noche avanzó, y aunque había un largo camino por recorrer, en ese momento, Ringo se sintió optimista. Tal vez, con el tiempo, podrían dejar atrás el pasado .

Two of us (Starrison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora