Era la noche anterior al gran concierto, y el ambiente en el estudio era de pura alegría y energía. Los cuatro chicos se reunieron, llenos de emoción por lo que estaba por venir. Brian Epstein, siempre atento, los observaba con una sonrisa satisfecha mientras revisaba algunas notas.
—¡Chicos, esto va a ser increíble! —exclamó Paul, levantando su copa en un brindis improvisado.
—Por los Beatles y el regreso a los escenarios —añadió John, alzando su vaso con entusiasmo.
Todos rieron y chocaron sus copas, el sonido resonando en el estudio como una promesa de lo que estaba por venir. Después de un par de horas ensayando y perfeccionando cada acorde, decidieron que merecían una celebración.
Al llegar al bar, la música sonaba con fuerza, y el lugar estaba lleno de risas y charlas. Los chicos se sentaron en una mesa, y las bebidas comenzaron a fluir. Cada uno de ellos, despreocupado por la noche que se avecinaba, se dejó llevar.
Sin embargo, a medida que la noche avanzaba, Ringo y George se encontraron sumergidos en su propia burbuja. Ambos estaban bastante pasados de copas, riendo de manera incontrolada mientras se contaban anécdotas y chistes.
—¡Deberíamos hacer esto más a menudo! —dijo Ringo, con una risa descontrolada mientras se apoyaba en la barra.
—¡Sí! ¡Nada como una buena noche de borracheras para recordar lo que somos! —contestó George, con una chispa en sus ojos que denotaba tanto alegría como complicidad.
Después de unas horas, decidieron que era hora de regresar a casa. Con un poco de dificultad, lograron pedir un Uber, ambos sintiéndose mareados pero contentos. Cuando el coche llegó, se acomodaron en los asientos traseros, con Ringo riendo y George tratando de mantenerse serio, aunque el alcohol empezaba a hacerle efecto.
Al llegar a su apartamento, la atmósfera cambió drásticamente. La euforia de la noche dio paso a un silencio que cargaba con una tensión evidente. Ringo miró a George y, por un instante, sus miradas se encontraron, creando un choque de emociones. Había algo en el aire, algo que ni el alcohol podía disipar.
Ambos se movieron hacia el interior del apartamento, todavía riendo, pero la risa se volvió un poco más nerviosa. George se pasó una mano por el cabello, sintiendo que la cercanía de Ringo hacía que su corazón latiera un poco más rápido de lo habitual. Por otro lado, Ringo sentía un cosquilleo en su pecho, una conexión que nunca antes había reconocido plenamente.
—¿Quieres ver una película o algo? —sugirió Ringo, rompiendo el silencio, aunque sus palabras sonaron un poco vacías. La idea de ver una película parecía un intento torpe de alejar la tensión que se había instalado entre ellos.
—Claro... o podríamos... —George se detuvo, la mente en conflicto, sintiendo la tensión creciente entre ellos. En su interior, una voz le decía que debía ignorarlo, pero otra parte anhelaba explorar lo que había surgido.
Antes de que pudiera continuar, Ringo se acercó un poco más, la bruma del alcohol envolviéndolos.
—No tengo alumnos mañana —dijo Ringo, su voz más suave de lo habitual, casi como un susurro.
La respuesta quedó flotando en el aire, llena de posibilidades. George sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía, dejándolos a los dos en una burbuja donde solo existía la tensión entre ellos.
Ambos se miraron, el tiempo parecía detenerse mientras la atracción que había estado presente en su amistad comenzaba a convertirse en algo más palpable. Ringo dio un paso más cerca, su corazón latiendo con fuerza, mientras George también se acercaba, sintiendo que estaban a punto de cruzar una línea que, hasta ahora, habían evitado.
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Two of us (Starrison)
FanfictionEn un universo alternativo donde los Beatles llevan vidas normales, George y Ringo son compañeros de cuarto que comparten una conexión más profunda de lo que ambos se atrevían a admitir. Mientras George compone música para películas y Ringo enseña b...