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El día de la boda de John y Yoko llegó con una mezcla de emociones para todos. La ceremonia iba a ser algo íntimo pero lleno de significado, y el ambiente estaba cargado de expectación. John, siempre el rebelde, había optado por algo no tradicional, con toques excéntricos que representaban tanto a él como a Yoko.

George y Ringo llegaron juntos al evento, ambos luciendo impecables. Lo que hizo que todos los presentes levantaran la vista no fue solo su llegada, sino la forma en que iban juntos, de la mano. Para sorpresa de todos, Ringo y George se presentaron como pareja oficialmente por primera vez en un evento público. Los ojos de los amigos cercanos, las personas del círculo musical, y hasta algunos familiares, se llenaron de curiosidad y, para muchos, también de aceptación.

Paul fue el primero en acercarse, mirándolos con una mezcla de sorpresa y una sonrisa cómplice.

—¿Así que lo hacen oficial hoy, eh? Era hora. Me alegra veros juntos. Se lo merecen—dijo, dándoles un abrazo a cada uno.

John, despreocupado, se les acercó mientras se ajustaba la chaqueta, listo para la ceremonia.

—Vaya, vaya, así que los tortolitos también hacen su debut en mi boda, eh. Bueno, mientras sean felices, a mí me da igual. Solo no se toda la atención, ¿Ok? —bromeó, aunque su tono era cálido. Le importaba que su familia estuviera unida y feliz.

Yoko, con su vestido elegante y único, también les dedicó una sonrisa amistosa, aunque no parecía sorprendida del todo.

—El amor es libre. Me alegra ver que lo han encontrado en uatedes mismos —comentó, abrazándolos brevemente, pero con sinceridad.

Durante toda la ceremonia, Ringo y George permanecieron juntos, disfrutando del momento, pero también de este nuevo capítulo de sus vidas, en el que ya no tenían que esconder lo que sentían. Aunque sabían que las cosas no siempre serían fáciles, esa noche, en medio del amor y la celebración por John y Yoko, ellos también compartían su propio comienzo.

Después de la ceremonia, mientras todos estaban en la recepción, Ringo miró a George con una sonrisa tranquila.

—Nunca pensé que haríamos esto en la boda de John.

George apretó suavemente su mano bajo la mesa.

—Tampoco yo, pero se siente bien, ¿no? Ya no más secretos.

Ringo asintió, sintiendo el alivio de la verdad compartida.

—Sí, se siente bien.

La noche continuó con música, bailes y risas, mientras John y Yoko celebraban su amor rodeados de sus seres queridos. Ringo y George también encontraron su lugar en esta historia, comenzando el suyo propio, en un día que marcaba no solo una unión, sino dos.

Two of us (Starrison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora