Crossed times ; Spreen

12| wait for me

|•XII |•Another woman?|

❝Astra's pov❞
Ya había pasado una semana, como si el tiempo para mí hubiera frenado esa noche. Cada día era igual: ir a la facultad, sentarme bajo el árbol durante los recreos y no hablar con nadie que no fuera Liz. Ignoraba a Iván. No es que no quisiera hablarle, pero no podía lidiar con lo que sentía cada vez que lo veía.

Era obvio. Para mí y para Liz era muy obvio, pero yo me negaba a sentirme así. Él tenía claro lo que quería y parecía feliz, mientras que yo… Hiciera lo que hiciera, mi futuro iba al mismo lugar, sin importar qué estudiara o cuánto amara hacer cualquier otra cosa. Estaba encadenada a, algún día, manejar la empresa de mi viejo. Típico cliché de película.

Salí de mi mundo cuando escuché el timbre que indicaba que ya podíamos salir a receso. Apenas crucé el pasillo, alguien me agarró de la muñeca y me arrastró hacia un lugar más alejado. El miedo me llenó el cuerpo y comencé a temblar, hasta que vi que era Rodri quien estaba frente a mí.

—Mirá, As, yo respeto tus decisiones y todo, pero ¿me podés explicar qué carajo pasa? —me soltó de golpe, cruzándose de brazos—. Le pregunto a Liz y me dice: “Ay, eso es problema de ella, no te metas”. Le pregunto a Mar y me sale con que “yo no puedo contarte”. Y cuando te voy a preguntar a vos, salís corriendo como si fuera un maratón. Iván está cada vez más preocupado y yo ya estoy al borde de la ansiedad. Por favor, contame aunque sea un poco, porque no entiendo nada.

Rodri hablaba tan rápido que me costó procesar lo que decía. Lo miré unos segundos, sintiendo cómo mi respiración se aceleraba. Suspiré y asentí. Tal vez ya era hora. Quizás necesitaba decírselo a alguien más, no podía guardármelo más tiempo.

—Bueno… Todo empezó cuando me alejé de Iván antes de que… ya sabés. —Rodri me miró y asintió despacio, atento—. Pero no fue por eso que estoy así.

—¿Entonces por qué? —preguntó enseguida, como si las palabras se le escaparan de las ganas. Yo rodeé los ojos.

—¡Dejame terminar! —dije con un poco de molestia, pero sin levantar la voz. Sentía una mezcla de nervios y miedo de hablar con alguien que no fuera Liz.

—Ah, sí, perdón. Es que habl...

—¡Rodrigo! —reclamé, mirándolo mal.

—¡Ya me callo, ya me callo! —respondió, alzando las manos en señal de rendición.

Respiré hondo para calmarme. Esto no iba a ser fácil.

—Como decía... Cuando me alejé, fui con Liz. Estuvimos un rato juntas, pero en un momento se fue al baño... —Las palabras se me trabaron en la garganta, y las ganas de vomitar volvieron, como cada vez que lo recordaba. Rodri me miraba fijo, esperando. Tenía que continuar.