Capitulo 13

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Jimin caminaba de regreso a su departamento con la cabeza hecha un caos. Las palabras de Kai seguían resonando en su mente como un eco implacable.

 "Jungkook te está escondiendo algo..." 

No quería creer en lo que Kai decía, no después de haber decidido dejar atrás sus manipulaciones. Sin embargo, la duda había vuelto a instalarse, envolviéndolo como una niebla espesa.

El teléfono de Jimin vibró en su bolsillo. Lo sacó con cautela, temiendo lo que pudiera ver. Era un mensaje de Kai:

"Lo que te prometí. Verás que no te miento."

Adjunto al mensaje había un archivo de video. Jimin detuvo su andar y miró el teléfono con el corazón latiéndole en los oídos. No quería abrirlo, pero al mismo tiempo sentía que no tenía otra opción. ¿Qué si Kai tenía razón? ¿Qué si había algo que no sabía y que necesitaba descubrir?

Finalmente, después de unos segundos de indecisión, abrió el video. Las imágenes comenzaron a moverse y, al principio, no veía nada más que una escena en algún lugar público. Era una calle concurrida, personas caminando de un lado a otro.

 La cámara se movía hasta que enfocaba un café, el mismo café donde Jimin había confrontado a Kai. Y ahí, sentado en una mesa cerca de la ventana, estaba Jungkook... con Hwasa.

Jimin sintió que el mundo se detenía. La imagen de Jungkook con Hwasa, riendo y hablando como si estuvieran disfrutando de una conversación íntima, era un puñal en el corazón de Jimin.

 Aunque no había ningún contacto físico evidente, algo en la escena se sentía... incorrecto. Jungkook no le había mencionado que se había encontrado con Hwasa recientemente. ¿Por qué le ocultaría algo así?

Con el corazón acelerado, Jimin guardó el teléfono y aceleró el paso hacia su departamento. Necesitaba pensar, necesitaba procesar lo que acababa de ver antes de hacer algo impulsivo. Pero no importaba cuánto intentara calmarse, la imagen de Jungkook con Hwasa seguía golpeando su mente una y otra vez.

Al llegar al departamento, Jimin se encontró con un Jungkook despreocupado, quien estaba sentado en el sofá viendo televisión, sin idea de lo que estaba sucediendo en la cabeza de Jimin. Pero la tensión en el aire era palpable para Jimin. 

Sentía el peso del video en su pecho, y no sabía si debía confrontarlo directamente o si necesitaba más tiempo para procesar.

Jungkook levantó la vista cuando Jimin entró, sonriendo suavemente.

—Hey, ¿cómo te fue? —preguntó, poniéndose de pie para acercarse a él.

Jimin sintió que su cuerpo se tensaba ante la proximidad de Jungkook, y antes de poder controlarlo, las palabras salieron de su boca.

—¿Por qué no me dijiste que te encontraste con Hwasa? —preguntó con una voz que, aunque trató de mantener firme, traicionaba el dolor que sentía.

Jungkook se detuvo en seco, su rostro pasando rápidamente de la confusión a la alarma.

—¿Qué? —dijo Jungkook, visiblemente desconcertado—. ¿De qué estás hablando?

Jimin sacó su teléfono y abrió el video de Kai, extendiéndoselo a Jungkook sin decir una palabra más. El rostro de Jungkook se endureció al ver el video, y Jimin notó cómo sus manos se apretaban en puños mientras lo veía.

Cuando terminó, Jungkook le devolvió el teléfono con una expresión seria.

—No es lo que parece, Jimin —dijo con un tono que mezclaba frustración y desesperación—. Sí, me encontré con Hwasa, pero fue solo una coincidencia. No hay nada entre nosotros.

Jimin lo miró fijamente, tratando de discernir si las palabras de Jungkook eran sinceras. Quería creerle, pero la herida del pasado reciente estaba demasiado fresca.

—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó Jimin, sintiendo que su voz temblaba ligeramente—. Después de todo lo que ha pasado, ¿por qué no me contaste que la viste?

Jungkook suspiró y se pasó una mano por el cabello, claramente agitado.

—No te lo dije porque sabía que reaccionarías de esta manera —admitió finalmente—. No quería que pensaras que algo estaba pasando entre nosotros, porque no es así. Me la encontré por casualidad cuando estaba en el café, y nos pusimos a hablar. Fue solo eso, Jimin.

Jimin apretó los labios, luchando contra la tormenta de emociones que se arremolinaba dentro de él. Sabía que Jungkook tenía razón en una cosa: estaba reaccionando de forma visceral. 

Pero también sentía que, después de todo lo que había sucedido, la confianza que habían compartido se había vuelto frágil.

—No sé qué pensar, Jungkook —dijo finalmente, su voz apenas un susurro—. Después de todo lo que ha pasado con Kai, con las mentiras, con Hwasa... no sé si puedo seguir adelante como si nada.

Jungkook se acercó a él, su expresión suavizándose, aunque el dolor en sus ojos era evidente.

—Jimin, mírame —dijo, tomando suavemente el rostro de Jimin entre sus manos—. Sé que cometí errores. No debí ocultarte que me encontré con Hwasa, pero te juro que no hay nada entre nosotros. Te amo, y no quiero que esto nos destruya.

Las palabras de Jungkook eran como un bálsamo para el corazón herido de Jimin, pero aún así, el miedo no se disipaba del todo. ¿Y si había más cosas que no sabía? ¿Y si Jungkook estaba ocultando más secretos?

Antes de que pudiera responder, el teléfono de Jungkook sonó. Ambos miraron el dispositivo, y Jimin sintió un escalofrío cuando vio el nombre de Hwasa aparecer en la pantalla.

Jungkook se tensó visiblemente, y Jimin no pudo evitar sentirse traicionado una vez más.

—¿Por qué te está llamando? —preguntó Jimin, su voz fría.

Jungkook negó con la cabeza, claramente sorprendido por la llamada también.

—No lo sé. No he hablado con ella desde el café.

El teléfono seguía sonando, y cada segundo que pasaba hacía que la situación fuera más incómoda. Finalmente, Jungkook rechazó la llamada, dejándolo en el aire tenso que los rodeaba.

—Jimin, te lo juro, no sé por qué está llamando —insistió Jungkook, pero Jimin no podía evitar sentir que algo más estaba sucediendo.

—¿Sabes qué, Jungkook? —dijo Jimin, tomando una decisión—. Necesito tiempo. Necesito espacio para pensar. Esto es demasiado para mí ahora mismo.

Jungkook abrió la boca para protestar, pero Jimin lo detuvo levantando una mano.

—Por favor, no lo empeores —susurró Jimin, sintiendo que su corazón se rompía mientras decía esas palabras—. Solo... déjame pensar.

Sin esperar una respuesta, Jimin se dirigió hacia la puerta. Necesitaba aire, necesitaba alejarse de la tensión, del dolor, de las dudas. Cuando la puerta se cerró tras él, el sonido resonó en sus oídos como un eco de la decisión que acababa de tomar.

Caminó sin rumbo por las calles de la ciudad, intentando encontrar algo de claridad en medio del caos emocional que lo envolvía. Había amado a Jungkook con cada fibra de su ser, pero ahora todo se sentía tan frágil, tan incierto.

Mientras se detenía en una esquina, mirando sin ver a las personas que pasaban a su lado, Jimin sacó su teléfono y abrió el mensaje de Kai una vez más. Las palabras seguían ahí, como una advertencia oscura: "Jungkook te está escondiendo algo..."

¿Y si Kai tenía razón? ¿Y si Jungkook, a pesar de todo lo que había prometido, le estaba ocultando más secretos? Jimin se sentía perdido, sin saber en quién confiar, sin saber cuál sería su próximo paso.

 El futuro que había imaginado con Jungkook parecía cada vez más lejano, y la verdad era que no sabía si alguna vez podrían recuperarlo.

ᵀʰᵉ ᴮᵉᵗʳᵃʸᵃˡ ᵒᶠ ᵗʰᵉ ᴴᵉᵃʳᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora