Extra II

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El mar se extendía hasta el horizonte, brillante bajo la luz del sol, mientras las olas rompían suavemente contra la costa. El sonido del agua y el suave murmullo del viento creaban una atmósfera de completa paz. 

Jimin se encontraba en una hamaca, balanceándose lentamente mientras disfrutaba de la sensación del calor del sol sobre su piel. No había pasado mucho tiempo desde que él y Jungkook decidieron tomarse unas vacaciones lejos de todo, pero cada momento en esta playa paradisíaca se sentía como un bálsamo para el alma.

Después de todos los momentos difíciles que habían enfrentado, finalmente estaban en un lugar donde no había preocupaciones, ni dramas, ni personas intentando separarlos. Solo estaban ellos dos, el mar y el tiempo, que por fin parecía pertenecerles.

Jungkook apareció, saliendo del bungalow que habían alquilado para su escapada, con una sonrisa en su rostro y dos copas de jugo en las manos. Su caminar era despreocupado, relajado, y Jimin no pudo evitar sonreír al verlo. 

Esa sonrisa, esa energía que Jungkook desprendía, era lo que lo había enamorado desde el principio, y ahora, más que nunca, sentía que había hecho la mejor elección al luchar por ellos.

—¿Disfrutando del paraíso? —preguntó Jungkook, entregándole una copa a Jimin antes de sentarse junto a él.

Jimin tomó un sorbo y asintió.

—Más de lo que podrías imaginar. Esto es justo lo que necesitábamos, ¿no crees?

Jungkook se inclinó hacia atrás, mirando al cielo despejado con una sonrisa satisfecha.

—Definitivamente. No puedo pensar en un lugar mejor para estar en este momento.

El silencio que siguió fue cómodo, lleno de una serenidad que ambos apreciaban. Jimin cerró los ojos por un momento, permitiendo que la brisa acariciara su rostro, y pensó en todo lo que había sucedido en los últimos meses. Cada dificultad, cada conversación difícil, cada lágrima... todo los había llevado hasta aquí. Y ahora, sentía que la vida finalmente les sonreía.

—¿Sabes? —dijo Jungkook, rompiendo el silencio—. He estado pensando mucho en todo lo que ha pasado. Sobre nosotros, sobre cómo llegamos hasta aquí.

Jimin lo miró con curiosidad.

—¿Y qué piensas?

Jungkook giró su cabeza para mirarlo a los ojos, su expresión era seria pero llena de ternura.

—Pienso que no cambiaría nada de lo que vivimos. Incluso los momentos difíciles. Todo eso nos trajo hasta aquí, a este lugar, juntos. Y estoy agradecido por cada segundo.

Las palabras de Jungkook tocaron algo profundo en Jimin. Era cierto, todo lo que habían atravesado les había dado una fortaleza que pocos podrían entender. Las dudas, las traiciones, las mentiras de personas que creían cercanas, todo eso había sido un reto, pero ahora, con la vista puesta en el futuro, todo parecía haber valido la pena.

—Yo también lo siento así —respondió Jimin, entrelazando sus dedos con los de Jungkook—. Y no importa lo que venga después. Lo enfrentaremos juntos.

Jungkook lo miró durante un largo momento, sus ojos oscuros brillando bajo la luz del sol. Entonces, con una sonrisa traviesa, se levantó de su asiento y tiró suavemente de la mano de Jimin.

—Ven. Quiero mostrarte algo.

—¿Qué? —preguntó Jimin, riendo mientras se levantaba, dejando atrás la comodidad de la hamaca.

—Confía en mí.

Caminaron juntos por la orilla, sintiendo la arena tibia bajo sus pies y el agua salpicando suavemente. Jimin no sabía hacia dónde lo llevaba Jungkook, pero había algo en la emoción en los ojos de este que lo hacía sentirse expectante. Finalmente, después de unos minutos de caminata, llegaron a una zona más apartada de la playa, donde las rocas se erguían majestuosas y formaban un pequeño refugio natural.

Allí, sobre una roca plana, había una caja pequeña de madera, que parecía haber sido colocada cuidadosamente por alguien.

—¿Qué es esto? —preguntó Jimin, intrigado.

Jungkook sonrió, sus ojos brillando con diversión y algo más. Algo más profundo.

—Ábrela.

Jimin se inclinó hacia la caja, sintiendo su corazón latir más rápido sin saber exactamente por qué. Con dedos temblorosos, levantó la tapa de la caja y, dentro, encontró algo que lo dejó sin palabras. Dos anillos de plata brillaban suavemente bajo la luz del sol, perfectamente colocados sobre un pequeño cojín de terciopelo azul.

Jimin sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Levantó la vista para encontrarse con los ojos de Jungkook, que lo miraba con una mezcla de nerviosismo y determinación.

—Jungkook, ¿qué es esto...?

Jungkook dio un paso adelante, tomando una de las manos de Jimin entre las suyas.

—Jimin, hemos pasado por tanto. Y cada vez que pienso en todo lo que vivimos, solo puedo agradecer que hayamos llegado hasta aquí. Te amo, más de lo que las palabras pueden expresar, y quiero pasar el resto de mi vida contigo.

Jungkook se agachó sobre una rodilla, sosteniendo uno de los anillos frente a Jimin.

—No es una propuesta de matrimonio —dijo, con una risa suave—. No todavía. Pero es una promesa. Una promesa de que siempre estaré a tu lado, de que no importa lo que venga, enfrentaremos todo juntos. ¿Aceptas compartir este futuro conmigo?

Las lágrimas llenaron los ojos de Jimin mientras el significado de las palabras de Jungkook se hundía en su corazón. Este era el momento que había estado esperando, el momento en que todas las dudas y temores desaparecían, dejándole solo con la certeza de que este amor era real, era fuerte, y era para siempre.

—Claro que sí —respondió Jimin, su voz quebrada por la emoción—. Siempre estaré a tu lado.

Jungkook sonrió, y con manos cuidadosas, deslizó el anillo en el dedo de Jimin. Luego, Jimin tomó el otro anillo y repitió el gesto con Jungkook, sellando la promesa que ambos acababan de hacer.

Cuando Jungkook se levantó, Jimin lo abrazó con fuerza, sintiendo cómo su corazón latía al unísono con el de él. El sonido de las olas, el calor del sol y la brisa fresca parecían unirse en ese momento perfecto, como si la naturaleza misma estuviera celebrando con ellos.

—Te amo —susurró Jimin, apoyando su frente contra la de Jungkook.

—Y yo a ti —respondió Jungkook, besándolo suavemente.

Ese fue el comienzo de una nueva etapa en sus vidas. Un futuro lleno de promesas, de amor inquebrantable, y de la certeza de que no importaba lo que el destino les deparara, siempre tendrían el uno al otro.

La vida les ofrecía un camino lleno de sorpresas, pero ahora sabían que lo enfrentarían juntos, con el amor como su fuerza y su guía.

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ᵀʰᵉ ᴮᵉᵗʳᵃʸᵃˡ ᵒᶠ ᵗʰᵉ ᴴᵉᵃʳᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora