IMMORTAL¹ | ʜʏᴜɴʟɪx

† (9) ᴇ ɴ ᴄ ᴜ ᴇ ɴ ᴛ ʀ ᴏ s ɪ ɴ ᴇ s ᴘ ᴇ ʀ ᴀ ᴅ ᴏ s †

Aquel anciano que les había contado unos días atrás sobre la historia del profesor fantasma, interceptó a Félix provocando que casí soltara la cámara del susto.

—Te hice una pregunta muchacho —habló nuevamente él, con voz áspera.

—Yo... —Félix trató de explicarse. Pero ¿cómo podría decir que no estaba cometiendo un crimen? Si claramente estaba tomando fotos por ahí sin permiso en las que podría aparecer uno que otro individuo.

—Entregame la cámara y no tendremos problemas.

Él no podía siquiera moverse, mucho menos podía entregar lo que era su tesoro más preciado.

—Lo siento. No volveré a hacer nada parecido, no me volverá a ver por aquí, pero por favor no me quite la cámara -suplicó entrelazando las manos a la altura de su pecho.

—Mira chico, aquí hay reglas y...

—No es necesario —interrumpió una nueva voz —, él estaba acatando una orden que le di.

Félix se giró atónito hacía el lugar desde donde provenía aquella voz firme y cautivante.

—Él estaba tomandome las fotografías a mí. No creo que sea un crimen si fue con consentimiento —continuó el mismísimo Hwang Hyunjin, sin darle tiempo a la mente de Félix para sacar conjeturas.

—Haberlo dicho antes —comentó el anciano —, no hay problema si se trata de usted. Pero estas advertido muchacho, no quiero verte haciendo cosas indebidas por aquí —terminó.

—No... No lo haré. Se lo aseguro —dijo Félix con un hilo de voz por la repentina interrupción de su problema.

El hombre mayor asintió y se fue por un pasillo caminando algo encorvado mientras inspeccionaba las demás estanterías.

Félix no quizo quedarse más ahí, no tenía en lo absoluto ganas de averiguar que procedía a ese terrible encuentro.

—Oye tú —habló nuevamente su salvador por un minuto, interrumpiendo la huida de Félix.

—Gracias por ayudarme —le respondió tratando de alejarse nuevamente y sin voltear a verlo.

—Enseñame la cámara.

Félix se giró hacia él, nuevamente atónito, durante un segundo las miradas de ambos colisionaron y una especie de sentimiento de miedo y frustración mezclados, consumieron a Félix.

—No tomé ninguna fotografía —aseguró rápidamente y muy nervioso. Tampoco pensaba entregarle nada a él.

—No me gusta repetir las cosas —dijo Hyunjin muy serio.

Félix dudó. No supo que hacer. Pensó en que él lo reconocería, o más bien que ya lo había hecho, pensó en que toda su vida se habría terminado cuando le dijera que no le gustaba dejar cabos sueltos. Porque si, Félix era eso, él había visto algo que no debía, y tenía las pruebas.

Pero al final, por aquella mirada él le dió, tuvo que aceptar que no tenía otro camino, así que con mucho miedo y las manos temblorosas, Félix se descolgó la cámara de la cinta del cuello y lentamente se la tendió a Hyunjin.

Él la tomó y observó con curiosidad, estuvo unos segundos en los que seguramente pasó entre las fotos, momentos que para Félix fueron eternos, no había capturado muchas imágenes en esos días, así que era obvio que Hyunjin vería la primera que le había tomado, esa en la que se veía claramente que no era una persona normal.

—Dime algo, ¿acaso es cierto que no sabías que es un crimen fotografíar personas sin consentimiento?

El corazón de Félix se detuvo en el momento que Hyunjin giró la cámara y se vio su fotografía ahí reflejada. Había rezado mentalmente para que ese momento no se diera, pero ya se lo había encontrado ahí, que en un inicio, había sido su mayor temor, aquello ya no se comparaba con nada.