Cuando sus primas le dijeron sobre si existiría otro testamento que su abuelo escribió en vida la idea no dejó de rondar su cabeza. En algo tenían razón sus primas y era que su abuelo era un hombre bastante precavido con sus cosas, siempre iba un paso más adelante cuando él no confiaba en alguien y prefería mantenerlo cerca que de lejos. Así poder saber todo lo que hacía.
El abuelo siempre decía, mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más.
Era bien sabido que para su abuelo, Gerad no era su hijo, lo había decepcionado tantas veces que para muchos fue una sorpresa cuando lo dejó como uno de los dueños de la empresa. Todos los que conocían a Gérard Rosselló estaban seguros que no le dejaría ni lo más mínimo a su hijo.
Su madre, Victoria, era su hija favorita, por ende ella pasaba a ser su nieta favorita. Su abuelo Gérard no confiaba en su hijo, por eso dejó a Victoria como la dueña mayoritaria y si algo le pasaba a ella porque ya sabía que su hija tenía cáncer. Helena iba a pasar a ser la dueña mayoritaria de la empresa.
Ahora todo era un misterio que pareciera que no tendrá fin. Helena podía aceptar que su tío sea uno de los dueños pero sabía que él no quería eso, quizás lo hizo por obligación o por precaución. Gerad era un hombre peligroso, tenía amistades peligrosas y no se podía fiar mucho de él.
Ya habían pasado muchas cosas entre los dos, muchos malos entendidos a lo largo de los años, las reacciones violentas que llegaba a tener le daban bastante miedo.
Ella no podía hacer todo sola, necesitaba ayuda y sabía a quién buscar para ello, un hombre aún más peligroso que Gerad, quién su mismo tío temía y él había sido uno de los guardaespaldas cuando su abuelo aún vivía.
Aún recuerda cuando fue el funeral de su abuelo y él le dió un número telefónico anotado en un papel. Le había dicho que cuando ella lo necesitara él la iba a ayudar en lo que sea, porque su abuelo le había pedido una sola cosa antes de morir, que tenía que cuidar de Helena y si ella lo necesitaba un día tenía que ir a ayudarla siempre.
Entones, Helena buscó en una caja donde tenía guardado sus recuerdos más preciados, ya sean fotografías com su mamá, sus abuelos, dibujos, entre muchas otras cosas sencillas más. Buscó un trozo de papel donde estaba anotado el número y llamó, el teléfono había sonado un par de veces hasta que alguien contestó del otro lado de la llamada y pudo reconoce la voz.
"Necesito tu ayuda, estoy atrapada y no sé a quién más recurrir". Era lo que había dicho y lo único que recibió de respuesta fueron un par de palabras directas, "estaré mañana por la mañana en España, en tu oficina".
Y ahí estaba ella, dando vueltas por la oficina esperando a la llegada de Antonio. Siempre le fue fiel a su abuelo en vida y ahora estaba cumpliendo la promesa.
Unos golpes la sobresaltaron y dió autorización de ingresar a la oficina. En ella ingresó un hombre de cabello negro y con arrugas en su cara, no muchas pero estaban presentes. Llevaba un traje negro y como si nada se sentó en uno de los sofás de la oficina.
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ENCHANTED | aitana bonmatí
FanfictionENCHANTED | ❛ Estamos hechas la una para la otra, no hay manera de verlo de otra forma ❜