Extra 1

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Pasaron muchos años desde la trágica pérdida. El dolor aún vivía en los corazones de las miembros pero con el tiempo, la vida continuó y cada una de ellas encontró una forma de avanzar. Ninguna de las chicas volvió a la vida pública. El brillo de los escenarios y las cámaras ya no tenía sentido sin sus compañeras. Habían sido un grupo unido por el amor y el dolor, y tras esas pérdidas, su vínculo era más fuerte que cualquier ambición de fama o éxito.

Ahora, todas vivían vidas lejos del ojo público, llevando consigo los recuerdos de los tiempos en que compartían sueños y miedos en los dormitorios de la HAUS. Años después, las chicas decidieron reunirse una vez más en el mirador, el lugar que había significado tanto para esa pareja. Aquella reunión tenía un peso especial, ya que algunas de las miembros ahora eran madres, casadas o con parejas estables. Era el cierre de un ciclo, y todas sabían que esta vez sería diferente.

Hyerin, que era una adolescente cuando todo ocurrió, llegó al mirador sosteniendo la mano de su hija de cinco años. Había pasado tanto tiempo que ahora, con 29 años, Hyerin no era la misma chica que buscaba consuelo en Seoyeon y Yooyeon cuando todo se derrumbaba. Su hija, llena de energía, corría alrededor, mientras Hyerin la observaba con una mezcla de orgullo y melancolía. “Ellas hubieran sido las mejores tías” pensaba mientras recordaba las bromas de Yooyeon sobre cómo serían las primeras en malcriar a sus futuros hijos.

Sullin llegó acompañada de su esposo y dos niños pequeños, uno de tres años y otro de dos. Aunque el tiempo había pasado, Sullin seguía conservando una calma y serenidad que la caracterizaban. “Cuando era más joven, nunca pensé que llegaría aquí” comentó suavemente a Nien mientras observaban el océano desde el mirador. “Ellas nos dieron fuerza, nos enseñaron a seguir adelante, incluso cuando parecía imposible.”

Chaeyeon, que había pasado muchos años viviendo en el extranjero, también estaba presente con su esposa Jiwoo y su hijo adoptivo de cuatro años. Para ellas, este reencuentro era más que una simple reunión, era un recordatorio de cómo las personas que amamos nunca nos abandonan realmente. “Nos enseñaron a amar sin miedo”, susurraron mientras acariciaban el cabello de su hijo. “Y ahora podemos enseñarle a él lo mismo.”

Soomin, que había sido una de las más cercanas a Yooyeon, llegó con su pareja y su bebé recién nacido en brazos. Aunque había decidido no tener hijos durante muchos años, el destino la sorprendió con una nueva etapa en su vida, y sabía que ellas habrían sido las primeras en felicitarla. “Es una locura pensar en lo que hemos pasado”, dijo mientras balanceaba a su bebé. “No hubiera podido llegar hasta aquí sin ellas.”

Entre todas, Seoah fue la que más llamó la atención. La que una vez fue la niña de 14 años, la menor del grupo, ahora era una mujer adulta, más grande que Yooyeon en su momento. Con 26 años, Seoah había vivido toda una vida después de su corto tiempo como idol, pero el dolor por la pérdida de sus “hermanas mayores” aún estaba presente. “Yo pensaba que siempre estarían allí para guiarme, para cuidarme”, confesó mientras miraba el mar. “Pero ellas me dieron la fuerza para crecer, incluso en su ausencia.”

El ambiente en el mirador era solemne pero lleno de amor. Las risas de los niños se mezclaban con los susurros de las olas, mientras las mujeres compartían historias y recuerdos. Para muchas de ellas, este lugar seguía siendo un refugio sagrado, el único rincón donde podían sentir la presencia de Seoyeon y Yooyeon más cerca que en cualquier otro lugar.

Después de pasar un rato recordando los viejos tiempos, Mayu sacó una cámara y sugirió que se tomaran una foto juntas, tal como lo habían hecho en aquellos días. “Es nuestra manera de mantener vivo su recuerdo” dijo mientras reunía a las demás para la foto.

Se alinearon junto a sus hijos, algunos sentados en el suelo y otros abrazando a sus madres. Los pequeños no entendían del todo lo que estaba ocurriendo, pero sus risas y miradas curiosas daban un toque de vida a lo que podría haber sido un momento triste. Las chicas sonrieron para la cámara, sabiendo que, aunque el dolor persistía, habían construido algo hermoso con sus vidas.

Contra el mundo - Seoyeon x Yooyeon (TripleS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora