La Mafia en Nueva Orleans.

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- Señor, han llegado los Falcone, y no parecen contentos - le dijeron al más viejo de la casa al oído, al parecer el abuelo. La cena familiar se había visto interrumpida por uno de sus hombres.

- Los Falcone han entrado a la casa!!! - los disparos se oyeron de lejos.

- Cierren las puertas!!! - ordenó el abuelo. Al instante irrumpieron las puertas.

- Hola de nuevo, Giovanni Bonatti. He venido a ajustar cuentas contigo - dijo con una sonrisa de oreja a oreja y con una pistola en la mano - Elimínenlos a todos!!! - Los Bonatti, una de las familias más prestigiosas en el mundo de la mafia, los eliminaron a todos ese día, menos a uno.

- Antonio, aquí tienes los mil millones que te debía - le lanza una bolsa llena de dinero - La deuda está saldada - dos hombres de negro interceptan su salida al otro lado de la habitación - Qué estás haciendo, Antonio? - se gira para ver al chico que estaba sentado a la mesa tomando whisky.

- Oye, yo no dije que la deuda estaría saldada después de haberme dado el dinero - puso el vaso sobre la mesa y lo miró, aquel hombre estaba aterrado - En qué momento dije eso, mi amigo? - los dos hombres que estaban en la puerta se acercaron y lo agarraron por los brazos.

- Antonio ese era el trato. Tú tenías que dejarme libre a cambio del dinero!!!! - el chico se levantó de la mesa y lo golpeó en la cara con su zapato. Los dos hombres lo pusieron de rodillas y la cabeza mirando los pies a Antonio al que ya había pagado su deuda. Antonio se agachó frente a él, prendió un cigarro en su cara y se lo pegó en uno de sus ojos. El hombre comenzó a gritar del dolor mientras Antonio sólo reía, los otros dos se quitaron y dejaron a aquel hombre retorciéndose de dolor en el suelo.

- Entre el cielo y el infierno te buscarán, Antonio Bonatti. Serás presa de los Falcone y morirás como como toda tu familia!!! - lo maldijo el hombre. Antonio se giró antes de salir por la puerta y sonrió diciéndole.

- La verdad, pueden venir si les da la gana. De todas formas, tú no eres más que un simple traidor, Angelo - le disparó en la frente y en el pecho. Angelo cayó al suelo dejando sangre por toda esa habitación - El intercambio ha terminado - la limusina esperaba por su dueño en la salida del hotel. El dueño de ella, Antonio, sale del hotel, se sube en la limusina. Sus hombres se suben a los otros autos luego de que la limusina se va. En el camino le llega una llamada al celular y contesta.

*Hola Bruno, qué se te ofrece?*
*Hola Antonio, sabes que te estoy esperando en el bar, no?*
*Ya lo sé, Bruno. He terminado de trabajar. Ya voy en camino*

La limusina se detiene delante de un casino. En grandes letras decía: "El casino: GARDENIA"

- Está tan lindo como lo recordaba - dijo Antonio y se bajó de la limusina para entrar al casino.

- Ha llegado el señor Antonio!!! - los juegos se detuvieron al instante. Todos los hombres y las mujeres en aquellas mesas se pusieron en fila y se inclinaron.

- Bienvenido joven Antonio - todos gritan a la par.

- Bienvenido Antonio, te he esperado desde que te bajaste en paracaídas de mi avión. No te gustó la vista de Nueva Orleans desde el cielo? - lo recibió al otro lado de la fila de hombres y mujeres con una copa de vino tinto en la mano.

- Gracias por traerme a Nueva Orleans de nuevo, Bruno - caminó entre la fila de hombres y mujeres con ambas manos en los bolsillos. Llegó hasta la barra y luego de sentarse y girarse para las personas dijo - Pueden seguir - y todos siguieron jugando.

- Cómo te fue con mi encargo de momento? - le preguntó Bruno.

- Puedo decir - lo miró sincero - Lo he matado.

Antonio:

- Te has vuelto loco, Antonio!? - la cara de Bruno me hizo estallar en risas - Tienes idea de lo que acabas de hacer con Angelo?

- Si, soy muy consiente. Todo fue a manos de la familia Inoarden - ordené al barman con la mirada de servirme un trago de lo más bueno y caro que tuviese.

- Ahora sí que te volviste loco, Antonio - declaró Bruno.

- No tanto como tú, amigo mío - la copa fue puesta en la barra frente a mí.

- Disfrútalo Antonio.

- Gracias, Homero - le agradecí al barman, quién trabaja con nosotros desde hace 4 años. Se fue a seguir con su trabajo y nosostros dos continuamos hablando.

- Provocar una guerra entre los Falcone y los Inoarden. Eso se le acaba de ocurrir al hijo desaparecido de la familia Bonatti, la primera en el mundo de la mafia, Antonio Bonatti.

- Me complace decirle lo mismo al único mejor amigo que tengo, que su familia tuvo que huir de los Falcone y lo dejaron en Nueva Orleans, Bruno Lombardi - ambos nos miramos desafiantes.

- Quieres empezar una guerra aquí? - me insinuó Bruno.

- El casino es tuyo, yo sólo muevo el dinero de aquí para allá - ambos reímos.

- Entonces, es un hecho - Bruno sacó su fusil de asalto de tipo AK y yo mi pistola de 9×21 mm y comenzó nuestro típico duelo de amigos donde nadie sale herido....... o debería de decir, todo el mundo?

Una Espada cubierta de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora