Encuentro que no fue casual.

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Vanessa Inoarden:

Estaba en casa de Antonio como siempre. Cuándo lograría encontrar el placer de Antonio? Por qué ya él conocía el mío? Tan fácil era yo que lo había descubierto desde que me llevó a su cuarto con el espejo? Si, no lo podía negar, era exitante y más cuando se trataba de tener a Antonio entre mis brazos. Ese sentimiento que no quiero compartir con nadie que no sea Antonio, y él que lo sigue rechazando.

- Brrr, Brrr!! - vibró mi celular justo a mi lado. No me había dado cuenta porque estaba metida en mis pensamientos sobre Antonio. Me había llegado un mensaje de Rebeca.

- Que inusual. Normalmente me escribe cuando.... - agarré mis cosas, las llaves de mi auto, me subí en él, no antes de cerrar la casa de Antonio y activar el modo de seguridad. Regresé a casa en un santiamén para encontrar a mis hermanos, todos tirados en el suelo.

- Mira quién llegó tarde - caminó hasta mí, con su sonrisita de niña buena. Su espada no tenía ni una sola gota de sangre, ya entiendo porqué la llaman la "Asesina de los Falcone" - Pero si es mi rival favorita - llegó a mi lado y puso su mano en mi hombro - Sabes qué me dijo Reynold cuando llegué?

- Me imagino que no tienes la cara de venir a mamarle el pito - miré a Reynold de forma obvia.

- Bingo - Ginebra Falcone, una mujer que pocos conocen. Es pelirroja, la mirada siempre es atrayente y su característica es que cuando tiene su espada es una fiera, pero cuando la guarda en su funda, es como si una maldición desapareciera de su cuerpo - Qué me dices, Vanessa Inoarden? Tendrías un duelo conmigo? - cayó al suelo paralizada - Cómo?

- He venido a quitarte la diversión, Ginebra Falcone - antes de entrar a la casa leí el mensaje de Rebeca.

+Antes de que entres a la casa, préstame una de las agujas de tu habitación+

+Toma la que sea, me da igual cuando se trata de Ginebra Falcone+

- Uno siempre está preparado para todo - Rebeca estaba en el segundo piso apuntando a Ginebra con un arco - Y la familia Inoarden, va a por su presa - diciendo ésto, todos mis hermanos se levantan del suelo y rodeamos a Ginebra, la cual estaba de rodillas al suelo.

- Qué opinas de la familia a la que tanto poder quieres quitar, Ginebra? - le preguntó Nicolás.

- Tú no hables. Haz caído muy bajo después de usar al un grupo de bandidos para atacarme - todos no parecían estar sorprendidos ni siquiera Nicolás, en cambio, todos mis hermanos empezaron a reír.

- Yo quiero su brazo derecho - dijo Rebeca desde el segundo piso.

- Yo el izquierdo - dijo Emelyn.

- Yo quiero su pierna derecha - dijo Ernesto.

- Yo la izquierda - dijo Nicolás.

- Y entonces yo.... - Reynold me miró con inocencia.

- Me conformo con oírla gritar. Luego, cuando terminen, me la llevaré a la sala - sonreí - Te puedes quedar con su cabeza, Reynold.

- Yei!!! - celebró - Eres la mejor, Vanessa - lo despegué de mí y la sed de sangre de los Inoarden inundó la casa. Sólo me senté a observar cómo mis hermanos acababan con Ginebra.

- Eso es lo que pasa cuando vienes sola a la boca del lobo, querida.

Ginebra Falcone:

Apenas podía moverme, esos 6 me habían dejado prácticamente sin cuerpo si no hubiera escapado antes de que me llevaran a la sala de torturas de Vanessa. Con suerte, logré arrastrarme desde la mansión Inoarden hasta una de las barandas de un puente que me encontré en mi tan mareado camino. Yo ni siquiera sabía dónde estaba.

- Y si me lanzo? - ya estaba loca. Mi padre había muerto, lo sabía, pero en mi locura comenzaba a verlo en el agua diciéndome "Ven con papá"

Antonio Bonatti:

Después de un duro día de trabajo transportando droga desde Nueva Orleans hasta Rusia, firmar nuevos documentos, estrenar otro coche y comprarme una nueva corbata iba a la casa de la familia Inoarden a recoger a Vanessa. Fue a ver a su familia porque Rebeca la llamó y su auto, no tengo idea de cómo, se rompió. En el camino, cuando iba cruzando el puente vi una figura que estaba del otro lado, casi al saltar del puente. Me bajé del coche apresurado, corrí hacia esa persona y poco a poco lograba divisarla, aunque por su cabello ya era fácil descubrir quién era.

- Ginebra - ella se giró cuando la llamé, pero ésto provocó de se soltara del puente. La agarré de la mano antes de que cayera y sólo su zapato terminó en el agua. Esa era Ginebra? Estaba despedazada. De dónde habrá huído? La subí a mi auto y le envié un mensaje a Vanessa.

+Surgió algo grave, no podré pasar a recogerte+

Llevé a Ginebra a la casa de Bruno.

- Lorena!!

- Dime Anto..... Qué carajos? - miró que traía a la chica desangrada entre mis brazos.

- Podrías ayudarme? - le pregunté.

- En primera, quién es ella? Y cómo es posible que venga en tus brazos cuando ni siquiera te gusta que Vane esté entre ellos?

- Larga historia. Debemos ayudarla primero - Lorena aplaudió dos veces y el equipo médico de Bruno entró a la sala. Terminando de darle los últimos a ambas piernas, la desvistieron, le limpiaron el cuerpo, le pusieron otra ropa y la dejaron sobre la cama de una de las habitaciones para invitados.

- Ahora sólo tiene que reposar - diciendo ésto, todos se fueron, dejándonos en aquella habitación a Lorena, a Ginebra y a mí.

- Voy a hablar con Bruno cuando llegue. Y me diré que estás follando en una de sus habitaciones - dijo Lorena.

- En qué habitación de Bruno no he follado yo?

- En ésta - ambos reímos.

- Creo que es mejor que le digas eso a que le digas la verdad - chocamos nuestras manos y cerró la puerta cuando salió. Miré a Ginebra, lucía tan fuerte y tan débil al mismo tiempo que sólo podía pensar en las posiciones en las que se vería mejor sobre mí, pero sonreí después de encontrar información en la red que había hackeado un compañero de trabajo, Valentino Volkov - Así que tú eres Ginebra Falcone?

Una Espada cubierta de Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora