Capítulo 4

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Soo-jin seguía caminando tomada de la mano de Ji-hyuk, completamente absorta en sus pensamientos. Estaba tan feliz por Ji-won, no podía creer que, en su primer día con el nuevo look, ya alguien se había atrevido a confesarle sus sentimientos. Sonreía para sí misma, recordando lo hermosa que se veía esa mañana, cómo la había ayudado a arreglarse y el brillo en los ojos de Ji-won. Todo eso la llenaba de satisfacción, al punto de no notar que todavía sostenía la mano de su jefe.

Cuando finalmente volvió en sí, giró hacia Ji-hyuk, dándose cuenta de lo que estaba haciendo. Con una pequeña risa nerviosa, soltó su mano y preguntó con curiosidad:

—¿Qué hacía usted por aquí? ¿Vino por algo en especial?

Ji-hyuk la miró sorprendido, pero mantuvo su tono neutral, como si lo que estuviera haciendo fuera de lo más normal.

—Solo pasaba por aquí —respondió, encogiéndose de hombros—. La vi y la reconocí. Pero no quería interrumpir nada.

Soo-jin lo observó por un segundo, sintiendo que algo en su respuesta no terminaba de convencerla. Aunque Ji-hyuk parecía relajado, no podía dejar de pensar en lo curioso que era que justo estuviera ahí, en ese momento tan particular.

—Qué coincidencia… —comentó ella, ladeando un poco la cabeza y sonriendo suavemente—. Aún así, fue una suerte que estuviera cerca, ¡pude rescatarlo antes de que Ji-won lo viera!

Ji-hyuk soltó una pequeña risa y asintió.

—Supongo que sí. Aunque usted también parecía bastante inmersa en sus propios pensamientos.

Soo-jin se encogió de hombros y respondió con una sonrisa ligera.

—Es que estoy muy feliz por Ji-won, ¿sabe? ¡Primera vez con ese cambio de look y ya tiene un enamorado persiguiéndola! —rió, mirándolo de reojo para ver su reacción—. No todos pueden tener tanta suerte en un solo día.

Ji-hyuk asintió lentamente, cruzando los brazos mientras la miraba de nuevo.

—Parece que fue un buen día para ella —dijo, aunque en su voz había un tono enigmático que Soo-jin no pudo descifrar del todo.

Ji-hyuk la observó por un momento en silencio, su mirada evaluando algo que Soo-jin no pudo identificar del todo. Luego, como si hubiera tomado una decisión, se inclinó ligeramente hacia ella y, con una sonrisa cautelosa, dijo:

—¿Sabe, Soo-jin? Ahora que estamos aquí… hay algo con lo que podría ayudarme.

Soo-jin levantó una ceja, intrigada por el tono de su jefe. No era común que Ji-hyuk le pidiera algo fuera de las responsabilidades laborales, y menos aún con esa seriedad disimulada bajo su sonrisa.

—¿Ayudarle con qué? —preguntó, curiosa.

Él no respondió de inmediato, simplemente sonrió de manera un tanto enigmática, lo que solo aumentó la intriga de Soo-jin. Después de un breve silencio, agregó:

—No se preocupe, no es nada fuera de lo común, pero confío en que usted sabrá hacerlo bien.

Soo-jin, a pesar de no saber exactamente de qué se trataba, se sintió intrigada y, con una sonrisa traviesa, asintió.

—De acuerdo, ¿por qué no? —dijo, aceptando la propuesta sin pensarlo demasiado—. Estoy lista, dígame qué necesita.

Ji-hyuk la miró por un instante, satisfecho con su respuesta, y luego, como si la confianza entre ellos hubiera crecido en ese breve intercambio, comenzó a caminar en dirección contraria a donde estaba el coche de Soo-jin.

—Perfecto. Sígame —dijo con esa misma sonrisa enigmática.

Sin pensarlo dos veces, Soo-jin lo siguió, sintiendo que estaba a punto de descubrir algo inesperado.

𝗠𝗔𝗥𝗜𝗔 ||Marry My Husband||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora