Donde Ji-won, después de una traición devastadora, encuentra un nuevo propósito en la justicia y el autodescubrimiento, gracias al apoyo incondicional de Ji-hyuk y la guía emocional de Soo-jin.
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Donde Soo-jin es una intermediaria que sin querer cam...
El equipo estaba reunido en la sala de juntas, en completo silencio, mientras aguardaban a que Ji-hyuk, su superior, comenzara a hablar.
—A partir de ahora retomaremos el proyecto del kit de comidas. La líder será Seo Soo-jin.
En cuanto escuchó su nombre, Soo-jin levantó la mirada, sorprendida, pues estaba distraída en sus pensamientos. Aún no dejaba de darle vueltas al reciente momento que había presenciado entre Ji-hyuk y Ji-won en la terraza; su mente había asumido que, de existir un nuevo liderazgo en el proyecto, lo lógico sería que se lo dieran a Ji-won, ya que la idea inicial había sido suya. Sin embargo, aquí estaba Ji-hyuk designándola a ella como líder. La noticia la desconcertó tanto que, sin poder contenerse, dejó escapar un torpe:
—¿Qué?
El murmullo de sorpresa que se generó a su alrededor se cortó abruptamente cuando todos notaron que Ji-hyuk la había oído. Sin embargo, él no mostró ningún tipo de reacción a su exclamación y continuó sin perder la calma:
—Kang Ji-won, Park Min-hwan, Jeon Su-min y la señora Yang asistirán como miembros del equipo. Eso es todo.
Sin añadir más, Ji-hyuk recogió sus papeles y salió de la sala, dejando a todos, y en especial a Soo-jin, con una mezcla de sorpresa y expectativa. Soo-jin lo siguió con la mirada, todavía intentando entender el porqué de su elección. Su desconcierto era evidente, ya que el liderazgo de un proyecto tan importante como el del kit de comidas solía recaer en alguien con bastante experiencia o conexiones dentro de la empresa, y Ji-won parecía más adecuada para el rol.
Sin saberlo, la decisión de que ella fuera la líder no venía de Ji-hyuk, sino directamente del presidente de la empresa. La hoja de vida de Soo-jin, repleta de logros y con un perfil único, había llamado la atención del presidente en cuanto la había revisado, además de haber sido cautivado por la seriedad y profesionalismo que reflejaba en su fotografía. Para el presidente, esa era la señal de que había encontrado a la persona indicada para el desafío que el proyecto representaba.
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Soo-jin lo siguió apresuradamente por el pasillo hasta alcanzarlo justo cuando él estaba a punto de entrar al elevador.
—Jefe... —dijo, su voz firme aunque reflejando la confusión que llevaba dentro. Ji-hyuk la miró de reojo, su expresión completamente imperturbable mientras ella se acercaba—. Yo no quería ser la líder. Ese puesto se lo merece Ji-won.
Ji-hyuk permaneció en silencio, sus ojos observándola con una intensidad impenetrable. Soo-jin se debatía entre la necesidad de hacerle entender su punto y el miedo de haberlo incomodado al cuestionarlo directamente. Finalmente, después de unos segundos que se sintieron eternos, él respondió, cortante:
—No importa. Revisa tu cronograma con tu equipo.
—Pero, jefe...
Sin darle la oportunidad de terminar, el elevador se abrió y Ji-hyuk entró, dejándola con la palabra en la boca. Antes de que las puertas se cerraran, ella notó el breve destello de algo en sus ojos, algo que la hizo sentir que tal vez él no estaba tan en desacuerdo como había demostrado. Sin embargo, la puerta se cerró, y cualquier respuesta quedó encerrada en su propia confusión y frustración.
