¿No les pasa que su vida es tan aburrida que tienen que conseguir un trabajo solo para poder gastar su tiempo?
Ese es el caso de Seo Soo-jin.
Trabajar en la U&K la entretenía bastante, le daba algo a lo que aferrarse, pero también sentía cómo el estar tantas horas sentada le aplanaba el trasero. No llevaba mucho tiempo en la empresa, pero según su jefe, era una de las mejores empleadas. De todos modos, casi no se sabía los nombres de muchos de sus compañeros. Nunca fue buena para eso. Reconocía más fácilmente a las personas por sus rostros, algo que le parecía mucho más sencillo que recordar los nombres de cada uno.
Soo-jin estaba concentrada en su trabajo hasta que un grito femenino le hizo pegar un salto. Todos en la oficina se levantaron de sus lugares para observar a... sí, si Soo-jin no recordaba mal, ella se llamaba Kang Syu-hwa... o ¿era So-yeon? ¡No! ¡Era Kang Ji-won!
Era Kang Ji-won, persiguiendo a otro de sus compañeros. A ese no le sabía el nombre, pero había coqueteado con Soo-jin en cuanto puso un pie en la empresa, ofreciéndole su ayuda en todo lo que necesitara y asegurándole que siempre estaría disponible para ella. Soo-jin lo había rechazado muchas veces, de forma indirecta. No le gustaba su cara en absoluto, era feo; además, su energía no le transmitía confianza.
De repente, Ji-won agarró del pelo a aquel muchacho y empezó a jalarlo con fuerza.
—¡Kang Ji-won, suéltame! ¡Suéltame! —pidió él a gritos.
A su lado, Soo-jin vio detenerse a Yoo Ji-hyuk, un hombre al que tanto su rostro como su nombre eran imposibles de olvidar, especialmente porque era el CEO y nieto del fundador de U&K. Soo-jin lo miró por unos segundos y habló.
—Creo que debería intervenir...
En cuestión de segundos, Ji-hyuk los separó con un solo movimiento, tirando al otro hombre al suelo mientras sujetaba con firmeza la muñeca de Ji-won.
—Cálmese, estamos en el trabajo —dijo Ji-hyuk, con autoridad.
—¿En el trabajo? —repitió Ji-won, pasando la mirada por todos los que la observaban. De repente, avanzó hacia la puerta, pero tropezó. Ji-hyuk la sostuvo antes de que cayera.
—¿Está bien? —preguntó él, pero Ji-won no respondió. Salió corriendo, claramente alterada.
Mientras intentaba calmarse, Ji-won casi cayó sobre una tetera con agua hirviendo. Sin pensarlo dos veces, Soo-jin, conocida por sus rápidos reflejos, atrapó la tetera con ambas manos, aunque se quemó en el proceso. Sintió el ardor, pero lo ignoró, preocupada por su compañera.
Se arrodilló junto a Ji-won, cuya expresión estaba llena de confusión.
—¿Estás bien? —preguntó Soo-jin con voz suave.
Ji-won la miró durante un largo rato, sin decir nada, hasta que el hombre del jalón de cabello y otra mujer se acercaron. Ji-won los miró desconcertada y, sin previo aviso, se levantó rápidamente, usando a Soo-jin como impulso. Esto provocó que Soo-jin cayera de sentón al suelo, sorprendida.
—¿Ji-won...? —murmuró Soo-jin, sin entender qué había pasado.
Ji-won salió corriendo nuevamente, dejando atrás a todos. Unos segundos después, algunos compañeros ayudaron a Soo-jin a levantarse y le trataron sus quemadas manos, aunque ella podía hacerlo sola. Volvieron a sus respectivas labores, pero Soo-jin se sentía desconcertada, una sensación extraña que no podía sacudirse.
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𝗠𝗔𝗥𝗜𝗔 ||Marry My Husband||
FanfictionDonde Ji-won, después de una traición devastadora, encuentra un nuevo propósito en la justicia y el autodescubrimiento, gracias al apoyo incondicional de Ji-hyuk y la guía emocional de Soo-jin. O Donde Soo-jin es una intermediaria que sin querer cam...