Capítulo 8

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Después del incidente en el lago, Soo-jin y Ji-hyuk decidieron rodear el terreno para encontrar una forma más segura de alcanzar la bandera en la roca alta. El viento comenzaba a soplar más fuerte y las gotas de agua se evaporaban lentamente en la piel de Soo-jin, mientras Ji-hyuk avanzaba a su lado, observando el terreno con atención.

Finalmente, después de caminar varios metros alrededor del lago, Ji-hyuk señaló una senda empinada que parecía dar acceso a un conjunto de rocas adyacentes a la bandera. La inclinación era bastante pronunciada, y Soo-jin miró a Ji-hyuk con cierta duda.

—¿Crees que podamos subir por ahí? —preguntó ella, evaluando el recorrido y sintiendo un cosquilleo de nervios en el estómago.

—Si somos cuidadosos, sí. Solo toma mi mano y sigue mis pasos. —Ji-hyuk le extendió la mano, mirándola con una confianza que resultaba tranquilizadora.

Soo-jin vaciló solo un instante antes de aceptar su mano, sintiendo la firmeza de su agarre. Se colocaron uno detrás del otro y comenzaron a subir con cuidado, rodeando el lago mientras avanzaban en diagonal hacia la roca. Ji-hyuk, que iba delante, se aseguraba de apartar cualquier piedra suelta del camino, y cada tanto miraba hacia atrás para verificar que Soo-jin estuviera bien.

—¿Siempre eres así de aventurero en los juegos? —preguntó ella, tratando de relajar el ambiente y contener el esfuerzo de la subida.

—No —admitió él con una sonrisa leve, sin volverse a mirarla—. Pero no todos los días me toca salvar a alguien de un lago helado.

—A decir verdad, no me molestó que lo hicieras —dijo Soo-jin, y una ligera risa escapó de su boca, sorprendida por la confesión espontánea.

Ji-hyuk soltó una carcajada ligera, algo que ella no esperaba, y eso la motivó a seguir avanzando con más confianza. Pronto, llegaron al último tramo de subida, y la bandera estaba a solo un par de metros sobre una roca alta que parecía firme. Sin soltar la mano de Soo-jin, Ji-hyuk trepó a la roca y luego se inclinó para ayudarla a subir.

—¿Lista para hacer historia? —le dijo él, mientras le daba un pequeño empujón hacia arriba.

—Más que lista. —Con un último esfuerzo, Soo-jin se estiró y, finalmente, sus dedos se cerraron en torno al asta de la bandera.

Ella la sostuvo en alto con una gran sonrisa de satisfacción, y miró a Ji-hyuk, quien la observaba con una expresión entre cómplice y divertida.

—¡Lo logramos! —exclamó Soo-jin, sintiendo una emoción casi infantil al sostener la bandera en sus manos.

—Lo logramos —repitió Ji-hyuk, asintiendo con una sonrisa genuina, mientras la ayudaba a bajar de la roca con cuidado—. Aunque la próxima vez, asegurémonos de que el plan no incluya un lago helado.

Ambos rieron, y, mientras regresaban con la bandera, Soo-jin no pudo evitar sentir que había algo más especial en esa pequeña victoria compartida.

Ambos rieron, y, mientras regresaban con la bandera, Soo-jin no pudo evitar sentir que había algo más especial en esa pequeña victoria compartida

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𝗠𝗔𝗥𝗜𝗔 ||Marry My Husband||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora