recatando aun samurái

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Los dos grupos se dividieron y el grupo de Luffy comenzó a avanzar por la nieve, hasta que se encontraron con un grupo de centauros. Luffy, sin perder el tiempo, se dirigió hacia uno de ellos, decidido.

—Bien, ya tenemos transporte —dijo con una sonrisa burlona.

Sin esperar aprobación, Luffy se subió al lomo de uno de los centauros y lo obligó a llevarlos, amenazándolo con una mirada intimidante. El centauro, asustado, no tuvo más opción que obedecer.

Mientras avanzaban, Luffy rompió el silencio con tono serio:

—Recuerden esto, César es un maldito que hará lo que sea por conseguir lo que quiere no pelen con el eso va para ti reiju.

Reiju, que iba junto a su madre, Sora, lo observó con curiosidad.

—¿Y por qué crees que irá por él? —preguntó Reiju, levantando una ceja.

— mi Reina científica —respondió Luffy sin dudar—. César es un desgraciado que ha estado experimentando con niños.

Reiju abrió los ojos con sorpresa.

—¿Con niños? —preguntó, esta vez con una mezcla de enojo y shock.

—Sí, por eso estoy aquí —respondió Luffy, con determinación en su voz.

Reiju, visiblemente afectada, asintió con seriedad. Luffy, al notar su expresión, la tomó por sorpresa y le dio un suave beso en la frente.

—Si quieres pelear, adelante, pero ten cuidado si pelea enserio y no descuides ni tu espalda ni nuestra hija yo voy a buscar quién envió esa señal de ayuda —dijo, con una mezcla de dulzura y firmeza.

Reiju, tocándose la frente, respondió con una sonrisa ligera:

—Sí, amor.

Luffy entonces se volvió hacia Sora.

—Bien, Sora, ayuda a tu hija.

—Sí, amor —respondió Sora sin dudar.

Luffy miró a su alrededor, observando el paisaje cubierto de nieve y lava a lo lejos.

—Aquí es donde nos dividimos —dijo, tomando una decisión clara mientras el grupo comenzaba a separarse según las instrucciones de Luffy.

Con el plan en marcha, cada uno se preparó para enfrentar lo que les esperaba en Punk Hazard, conscientes de los peligros que se cernían sobre ellos.

Luffy se separó de los otros grupos y avanzó junto a Hancock, Bonney, Nami, y Robin, aunque claramente estaba molesto por la composición de su grupo.

—¿Por qué carajo me tocó este par en mi grupo? —gruñó, mirando de reojo a Nami y Robin.

Hancock, siempre segura de sí misma, le respondió con una sonrisa coqueta:

—No te quejes, amor, no fue mi idea.

Bonney, algo burlona, añadió:

—Ni tampoco la mía. Pero no importa, nos las arreglaremos.

Luffy no ocultaba su frustración. No solo estaba furioso por tener que lidiar con Nami y Robin, a quienes en ese momento no podía ni ver, sino también por el hecho de estar atrapado con sentimientos encontrados que lo abrumaban.

—De verdad las odio a muerte —murmuró, mientras avanzaba con pasos decididos—. Preferiría enfrentarme a Kaido y a Big Mom juntos antes que estar en el mismo grupo que ellas.

Siguieron caminando por el terreno caliente y rocoso de Punk Hazard hasta que un enorme dragón apareció frente a ellos. La criatura era imponente, con escamas brillantes y ojos feroces. Nami y Robin, al verlo, dieron un paso atrás instintivamente, pero Luffy no mostró miedo alguno.

one piece : alinza en la oscuridad segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora