el shogun de y el legitimo rey de wano aparecen

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Mientras el grupo avanzaba, Luffy decidió que era el momento de separarse.

—Bien, este es el plan —dijo Luffy, cruzándose de brazos—. Ustedes vayan y saquen a esos niños. Yo voy por las crías de Indura. ¿Alguna duda?

Nami, en el cuerpo de Bonney, levantó la mano con una expresión molesta.

—Sí, dile que deje de estar tocando mi cuerpo —se quejó, señalando a Bonney la cual jugaba con su pechos en su cuerpo.

Bonney, en el cuerpo de Nami, se encogió de hombros, claramente no preocupada.

—Bah, maldita gruñona. No te quejes tanto, eres una tabla. No te creas tanto, ¿eh?

Nami, molesta, respondió con furia.

—¡Tabla lo dirás pues perdón mis pechos son normales ya que un no he tenido hijos!

La discusión escaló rápidamente, con ambas intercambiando insultos mientras el resto del grupo miraba incómodo. Finalmente, Luffy, cansado de la situación, intervino con un fuerte golpe que hizo que ambas dejaran de pelear de inmediato.

—¡Ya basta! —gruñó—. ¡Calmaditas o se ganan otro golpe, par de pelioneras!

Bonney, en el cuerpo de Nami, señaló a Nami, aún enfadada.

—¡Ella empezó! —dijo señalando con fuerza.

Nami, en el cuerpo de Bonney, no se quedó atrás.

—¡No, ella empezó primero! —gritó.

Luffy suspiró, frotándose las sienes mientras las miraba con severidad.

—Se calman las dos... o se ganan otro, ¿entendido?

Ambas asintieron en silencio, claramente no queriendo ganarse otro golpe de Luffy. El grupo continuó su camino, aunque las tensiones seguían presentes.

El grupo avanzaba, pero el samurái seguía gritando sin parar. Luffy, claramente molesto, se dio la vuelta y lo encaró.

—¡Ya cállate! —le gritó Luffy, mientras el samurái continuaba despotricando.

—¡Eres un irresponsable por traer niños al mar! —gritó el samurái, refiriéndose a las tres gemelas que Luffy llevaba en sus hombros.

Luffy, enfurecido, bajó a las gemelas con cuidado y se giró hacia Bonney, la madre de las tres.

—Bonney, ¿ya escuchaste a este? ¡Ya sacaste boleto, samurái!

Antes de que Luffy pudiera hacer algo más, Yamato y Hiyori se interpusieron rápidamente entre él y el samurái. Yamato alzó la mano, intentando calmar a Luffy.

—¡Espera, Luffy! Ten paciencia.

Hiyori también trató de calmar la situación.

—Por favor, amor, mantén la calma.

Luffy suspiró, tratando de controlar su ira, pero no pudo evitar darle una buena patada al samurái antes de retirarse.

—La próxima vez que hables, te irá mal —le advirtió Luffy con una mirada feroz.

El samurái, dolorido por la patada, gimió desde el suelo.

—¡Ah, eso dolió! Si no fuera porque tus mujeres te salvaron... —se quejó.

Luffy, aún enfadado, se dio la vuelta una vez más, dispuesto a dejar las cosas claras.

—Si no te callas, te juro que la próxima vez no te salvas. ¡Ya me cansaste!

Yamato y Hiyori soltaron un suspiro de alivio, agradecidas de que Luffy no hubiera ido más lejos, y el grupo continuó su camino, dejando al samurái dolorido pero vivo.

one piece : alinza en la oscuridad segunda temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora