3. La chica del pasillo

5 4 0
                                    

3/3

Connor

No me creo que haya sido capaz de decirlo en voz alta.

Siento un gran alivio en el pecho en cuanto las palabras acarician mis labios. Y eso me hace muy feliz, siento que vuelvo a ser yo mismo y que me he quitado un gran peso de encima. Estoy tan ocupado pensando en eso, que casi ni me doy cuenta de que Sam y Lucas tienen las bocas tan abiertas que en cualquier momento se les cae la mandíbula. Se han sorprendido más de lo que pensaba.

—¿Qué? —me preguntan, al mismo tiempo.

No sé si sentirme ofendido por esta gran sorpresa. ¿Acaso es tan difícil de creer que puedo llegar a fijarme en una chica? Bueno, puede que un poco sí, ya que la última chica que me medio gustó fue el primer año de universidad. Ya tres años de eso.

—He conocido a una chica —repito para que puedan ir haciéndose a la idea.

—No me lo creo... —murmura Sam.

Sí antes ya estaba un poquito ofendido, ahora lo estoy más.

—Bueno —empiezo a hablar, con un tono de incomodidad—, no la he conocido como tal. No he hablado con ella, simplemente me la he encontrado por los pasillos. Ni siquiera me ha dirigido una mirada, estaba muy ocupada hablando con su amiga.

En ese momento es cuando me doy cuenta de que la chica en la que llevo pensando tanto tiempo ni siquiera me ha visto. Eso me hace preguntarme cosas como que si no me dirigió ni una triste o empática mirada es posible que yo no tuve el efecto que ella tuvo en mí. Espero que no sea eso, porque sería muy triste, eso me rompería el corazón en mil pedazos. Y a mí nunca se me han dado muy bien las manualidades, así que no estoy seguro de que sea capaz de pegar los trocitos otra vez.

Puede que hasta necesite ayuda para eso.

Automáticamente, cuando suelto todas esas palabras que ahora atormentan mi cabeza, ambos se incorporan y se sientan en la toalla para estar más cómodos para la conversación que se viene y para mirarme fijamente mientras yo todavía sigo tumbado en mi pequeño territorio mirando el cielo y pensando en todas las razones por la que no se giró a verme.

Después de todo, puede que el autor no se haya equivocado, puede que si sea tan insufrible como él o ella piensa que soy.

—Eso solo son pequeños detalles sin importancia, Connor, no te rayes. Hoy en día ver y conocer a una chica es casi completamente lo mismo —comenta Lucas—. No estamos en el siglo pasado.

—¿Cómo era? —Sam cambia de tema.

—Guapísima.

—Sí, eso ya me lo podía imaginar yo por mi propia cuenta, listillo. Vas a tener que ser un poco más específico, ya sabes, describírnosla al detalle para que podamos reconocerla cuando la veamos para poder vacilarte hasta que te hartes de nosotros y nos abandones por ella —bromea.

—Era guapísima... —murmuro, embozando una sonrisa.

Sam suelta un suspiro al ver que no estoy por la labor de describir a la chica misteriosa. Pero aun estando cansado de mí, no puede evitar sonreírme, al igual que Lucas. Supongo que ambos están contentos al saber que he conocido a una chica, bueno, perdona, a la chica. Me alegro de que me apoyen en esto. Espero que también les guste ella, pero no tanto como a mí me gusta.

Eso sí que no, no quiero problemas de ese tipo.

No, gracias.

Puede que no sepa ni quien es, ni como se llama y mucho menos sus gustos. Pero me da igual todo eso, porque tengo clarísimo que es la chica más increíble que he visto nunca. Y eso que he conocido a muchas. Pero ella es diferente, hace que mi corazón late tan rápido que siento que en cualquier momento se me saldrá del pecho y se irá con ella hasta que lo tire a la basura y me rompa el corazón.

Lo que no soporto de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora