2. El jardinero del mes

8 4 0
                                    

2/3

Connor

Sigo sin poder sacarme la lista de la cabeza.

Y eso es raro, porque soy experto en olvidarme de las cosas que me atormentan para ser feliz -al menos por un corto periodo de tiempo-. Estoy en clase de geometría avanzada, pero mi cabeza en vez de estar enfocada en el temario sigue ocupada pensando en la lista que todavía tengo en mi bolsillo. Y eso no ayuda en absoluto. Como la cosa siga así, que es lo más probable, va a afectar mis notas y voy a acabar siendo un desecho social.

Se supone que tendría que estar escuchando lo que está explicando el profesor, pero soy incapaz de hacerlo. Por un momento miro a mi alrededor. ¿Alguna de estas personas será el autor de la presunta lista? No creo, porque no le he dirigido la palabra a ninguno de ellos en ningún momento en los últimos tres años. Tengo que admitir, que mis compañeros son bastante, como decirlo..., bastante callados. No sé cómo será en otras clases, pero en la mía lo único que se escucha es la voz del profesor y algún que otro bostezo.

Y eso me deprime.

Supongo que porque tengo otro tipo de recuerdo de como eran mis clases en el instituto. Si tuviera que describirlas, no serían con la palabra «silencio», sino más bien con alguna como «zoo». Y mira que la mitad de las personas me odiaban y yo a ellos, pero al menos no me moría de asco. Siempre había algo que destrozar, alguien a quien molestar o algo que hacer. Ya fuese hacerle una broma a alguien o hacer una muralla de mesas para que el profesor no pudiese entrar. Qué momentos tan felices antes de venir a la universidad.

Universidad: Institución de enseñanza superior que comprende diversas facultades, y que confiere los grados académicos correspondientes.

O también conocida como: Lugar de enseñanza donde todos los profesores dedican su tiempo a joderte la vida y a destrozar tus sueños porque son unos desgraciados.

Como el profesor Abney se entere de que he escrito eso, me mata. Ya me odia demasiado como para enterarse de que además de ser un lastre para él y para su clase, también decido mi tiempo a meterme con él y a decir que es un desgraciado. Piense lo que piense, me da igual, porque tengo razón. No es ningún tipo de secreto que el profesor Abney es un infeliz.

—¿Cuánto queda de clase? —me pregunta el chico que se sienta junto a mí sacándome de mis pensamientos.

Genial, ni siquiera lo conozco y ya me cae mal. Lo estoy haciendo genial, como siga así me voy a quedar sin amigos y todo el mundo va a odiarme. Simplemente genial. Me encanta mi vida y sobre todo me encanta esta estúpida universidad.

—No lo sé, pero espero que pronto porque estoy a esto de cortarme las orejas y sacarme los ojos —el chico me mira asustado por mi respuesta, vuelve a mirar al frente y no me habla durante el resto del tiempo que queda. Y yo solo sonrió porque me alegro de que vaya a dejar de molestarme.

Después de unas largas horas aburridas en las que no he hecho más que replantearme la existencia, salgo corriendo de mi clase y camino tranquilamente, por un lado, del pasillo para ir a la siguiente que tengo. Mientras ando, medito en qué momento he empezado a odiar tanto la universidad. ¿Puede que después del primer examen que tuve en mi primer año? Quien sabe.

Cuando creo que no puedo encontrarle ni una sola cosa nueva al campus, me encuentro cara a cara con una chica que llama mi atención al completo.

Como camina en dirección contraria a mí, puedo observarla sin ningún problema. Tiene el castaño y enredado, seguramente no habrá podido peinárselo esta mañana por las prisas. Sus enormes ojos del mismo color de su pelo miran a la chica que camina junto a ella animadamente. Tiene una nariz romana, que no sé por qué, pero me encanta el hecho de que esté un poco desviada. También tiene unos preciosos hoyuelos adornando su cara. Me fijo en que su diente delantero tiene una pequeña rotura, seguramente de algún golpe. Sus labios están tan secos que tiene grietas en ellos.

Lo que no soporto de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora