2 | Marvel: Sr. Presidente

Capítulo 260:Diario de Diana

Diana se consideraba la mujer más bendita del multiverso, no es mala suerte. Su razonamiento era simple. Incluso después de tanta tristeza y oscuridad, pudo encontrar su gran faro virgen brillante y barbudo de luz, esperanza y amor.

A menudo sentía que todo esto era un sueño extraño, en el que ella sufría primero y luego era amada. Pero todas las mañanas, un beso del hombre que amaba la devolvía a la hermosa realidad.

Seguía siendo una superheroína, pero también una esposa y una madre orgullosa. Héctor también había cambiado y siempre pensaba en sus necesidades, en sus deseos todo el tiempo. Entonces, debido a que ambos se preocupaban tanto el uno por el otro, su romance siguió creciendo.

Diana tenía experiencia en citas antes, pero nunca se había sentido amada por nadie. No era más que una breve atracción que se desvanecería, por no mencionar que todos los hombres eran mortales.

Mientras tanto, Héctor nunca se sintió interesado en las novias y buscó a una mujer a la que pudiera amar desde su corazón, y finalmente la encontró.

Así que ambos parecían estar hechos el uno para el otro, y tal vez por eso el destino decidió unirlos.

Se despertó junto a Héctor mientras el sol de la mañana brillaba sobre ellos a través de la ventana. Era domingo, y eso significaba que se suponía que los dos pasarían la noche en casa. De lo contrario, suelen estar tan ocupados que se pierden la oportunidad de verse la mayoría de los días.

"Voy a hacer que Moony y Fenris regresen hoy. Han estado deambulando por Japón durante mucho tiempo". dijo Diana.

Héctor soltó una risita al despertar. "¿Echas de menos al chico y a la chica buenos ahora? Jaja, vámonos los dos. También hablaré con su Primer Ministro sobre el Tratado Mundo Sin Fronteras".

"¿Vas a ir en serio con eso? Me temo que eso lanzará al mundo a la guerra, y la gente te culpará". aconsejó preocupada.

Héctor se encogió de hombros, "Déjalos estar. Al menos conseguiré que el mundo esté unido. La historia decidirá si quieren ser más amables conmigo o no. Ya les he dado suficiente, y una vez que nos vayamos de aquí, nada importará.

"Así que cómo me ven en el futuro no es de mi incumbencia. Después de todo, no soy Tony Stark, que está obsesionado con su imagen".

Diana estuvo de acuerdo. "Bueno, es tu patio de recreo, así que tus reglas. Te apoyaré en todo. Pero primero, vamos a desayunar. ¿Tortilla o pan?".

Sin embargo, tenía otros planes. "Vamos. Es hora de visitar la tierra santa del hentai".

"¿Qué tierra?".

. . .

Hace unos días

Moony y Fenris estaban haciendo lo suyo, paseando por los barrios de la ciudad de Tokio. Se habían puesto chalecos a propósito diciendo en japonés: "No nos molestes, estamos entrenados".

Lamentablemente, no se les permitió ingresar a los lugares que querían, por lo que tuvieron que llevar a dos humanos, Peter y MJ, con ellos a todas partes. Pero a cambio, Moony dijo que pagaría por todo.

Así que se compraron una bonita furgoneta Mercedes grande y viajaron a donde quisieran. Lamentablemente, Moony quería viajar en el metro, pero no pudo porque estaba demasiado lleno para él. El conductor del tren hizo todo lo posible para empujarlo a él y a Fenris, pero, al final, renunciaron.

Pero Peter y MJ mentirían si dijeran que no disfrutaron de la compañía de los dos tortolitos lobos. Incluso se inspiraron un poco y decidieron al menos dormir en la misma habitación, si no en la misma cama.