2 | Marvel: Sr. Presidente

Capítulo 294:La Herencia

Héctor regresó a su universo y envió a los otros Spiderman a sus universos también. Sin embargo, no pasó demasiado tiempo con ellos, ya que no estaba tan conectado con ellos ni sabía de sus vidas. Solo al gordo Spiderman lo maldijeron un poco para que siempre siguiera corriendo hasta que llegara a un buen peso. Y hasta que arregla las cosas con su esposa y hace algo con su vida.

Después de eso, fue solo Miles, pero no necesitó que lo enviaran a ningún lado. Sin embargo, Héctor hizo realidad su deseo. Lo hizo para que Gwen también se convirtiera en parte de este mundo. Era algo complejo de hacer, pero nada demasiado grande para la Autoridad de Variación Temporal.

Entonces, por fin, solo quedaron él y Peter, el niño que salvó de un camión hace años. Ahora era mayor y más sabio, y pronto comenzaría su vida universitaria.

Pero Héctor tenía algo serio de qué hablar con él, así que lo llevó a su oficina en la Casa Blanca y pidió una excelente pizza y una buena coca cola sin la cocaína.

"Entonces, ¿Cómo te está tratando la vida?". preguntó.

Peter se relajó sin su mascarilla y miró alrededor de la oficina. "Estoy bien, abuelo. Todavía me sorprendo cada vez que entro en esta oficina. Mucha historia vive aquí".

Se rió entre dientes y puso una rebanada de pizza en su plato. "¿Por qué? ¿Quieres postularte algún día para presidente?".

Peter negó con la cabeza avergonzado. "No creo que tenga la capacidad de convertirme en eso. Tartamudeo mucho y realmente no puedo dar discursos".

"Bwahaha . . . Eso se puede arreglar, muchacho. Pero tu tartamudez es prueba de que eres un niño inteligente. Tu cerebro piensa más rápido de lo que tu boca puede moverse. Así que, de todos modos, he decidido hacer algo. Creo que Spiderman nunca podrá conseguir un trabajo de verdad para sí mismo. Entonces, ¿Por qué no puedes ser el creador de empleos?".

"¿Qué quieres decir, abuelo?". preguntó Peter.

Héctor sacó unos papeles de su cajón y se los entregó al niño. "Ya tienes dieciocho años. También eres muy inteligente, sin mencionar que tengo un equipo muy profesional para administrar las cosas".

Pedro leyó en silencio todo el documento y no tardó mucho en averiguar de qué se trataba. Su rostro palideció ante la idea de heredar semejante legado. "S-señor . . . ¿Por qué a mí?".

"¿Por qué no tú? Eres un genio a la par de Tony, pero al mismo tiempo, no eres una puta belicista como solía ser. Eres humilde y amable, pero no hasta el punto de llevar a la empresa a la bancarrota. Al mismo tiempo, con esta empresa, puede ayudar al mundo fabricando mejores dispositivos para su trabajo. Así que, fírmalo y consigue que Kingstech Industries sea tuyo".

Pedro dejó los papeles. "Es una empresa que vale seiscientos mil millones . . . No creo que pueda manejar algo tan grande". replicó Peter.

Héctor se encogió de hombros. "No te preocupes, muchacho. La empresa cuenta con los mejores talentos que me son leales y que te formarán y te ayudarán. Además, la compañía se expandirá al espacio pronto, así que todo está bien".

"¿Por qué no puedes seguir gestionándolo?".

Héctor tomó su bastón y lo colocó a un lado de su silla. "Como puedes ver, me estoy haciendo viejo y me temo que ha llegado mi momento. Les paso el testigo a ustedes ahora. Si bien el legado de este cargo terminará conmigo, la empresa sobrevivirá a través de ti".

Sin embargo, Peter se entristeció al escuchar eso. Se dio cuenta de que daba por sentada la existencia de Héctor. Los recuerdos de su vida pasaron por sus ojos y suspiró. "El mundo será . . . incoloro sin ti. Te echaré de menos".