Bajo el fuego

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|Mackenzie| °meses a tu lado°


Los días pasaron después de la confrontación con Alecc, pero la tensión seguía en el aire. Era como si su sombra se extendiera sobre nuestras vidas, siempre presente aunque no lo viéramos físicamente. Jack intentaba mantener la normalidad en casa, pero ambos sabíamos que aquello había dejado una marca. Anthony, por suerte, no parecía haber notado nada. Seguía siendo el mismo niño alegre, corriendo por la casa y pidiendo a Jack que lo subiera a sus hombros mientras reían juntos. Esa pequeña burbuja de felicidad me mantenía en pie.

Sin embargo, la preocupación no me dejaba tranquila. Alecc conocía la verdad ahora. Sabía que Anthony era suyo. Y aunque no había hecho ningún movimiento más después de ese encuentro, la espera me mantenía en vilo. ¿Qué planeaba hacer? ¿Cuánto tiempo tardaría en volver?

Una tarde, mientras estaba en casa estudiando, recibí una llamada inesperada. Era de la universidad. Mi teléfono vibró sobre la mesa, y el corazón me dio un vuelco. Levanté la vista del cuaderno, y lo tomé con nerviosismo.

—¿Hola? —contesté.

—Señorita Mackenzie, soy la directora de su departamento. Necesito que venga a la universidad lo antes posible. Es urgente. —dijo la voz al otro lado de la línea.

El tono serio me puso en alerta. Dejé el cuaderno y me puse de pie de inmediato.

—¿Ocurrió algo? —pregunté, mi corazón acelerándose.

—Es mejor que venga y lo discutamos en persona. —respondió antes de colgar.

Salí de casa lo más rápido que pude, dejando a Anthony con Jack. Mientras conducía hacia la universidad, mi mente no dejaba de especular. ¿Habría hecho Alecc algo? ¿Era sobre él? La incertidumbre me mataba.

Cuando llegué al campus, me dirigí directamente a la oficina de la directora. La secretaria me dejó pasar sin problema, y al entrar, la encontré sentada tras su escritorio, con una expresión seria.

—Gracias por venir tan rápido, Mackenzie. —me dijo mientras me indicaba que tomara asiento.

—¿Qué sucede? —pregunté sin rodeos.

La directora tomó un momento antes de hablar, como si buscara las palabras adecuadas.

—Sé que esto puede ser un poco delicado, pero he recibido una denuncia en tu contra. —dijo finalmente.

Mi corazón dio un vuelco.

—¿Una denuncia? ¿De qué tipo? —pregunté, confundida.

—Es una denuncia anónima que alega que no estás siendo completamente honesta sobre ciertos aspectos de tu vida personal, lo que podría afectar tu beca y tu situación académica. —explicó.

Me quedé helada. Solo había una persona que podría hacer algo así. Alecc. No podía creerlo. Estaba atacando de una manera más sutil, queriendo desestabilizarme desde adentro.

—¿Y cuál es el motivo específico de la denuncia? —pregunté, tratando de mantener la calma.

—La denuncia menciona que estás ocultando un aspecto importante de tu vida que podría afectar la integridad del programa en el que estás inscrita. —dijo la directora, con cierta incomodidad en su tono.

Sabía a qué se refería. Anthony. Estaba claro que Alecc intentaba usar mi maternidad como un arma en mi contra. Pero no sabía hasta qué punto podía hacer daño, ni cómo enfrentarlo.

—Sé que esto puede ser difícil de procesar, Mackenzie, pero necesito que me expliques si hay algo que debamos saber para poder ayudarte. —continuó la directora.

Antagonista en la propia, Protagonista en la ficticiaWhere stories live. Discover now