La Tormenta que se Acerca

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|Mackenzie| °Meses a tu lado°


Despertar esa mañana fue como un acto de equilibrismo. Los recuerdos de la noche anterior seguían danzando en mi mente, y cada vez que intentaba concentrarme en la rutina diaria, la angustia regresaba. Anthony estaba en la casa de la vecina, y mientras me preparaba para llevarlo a la escuela, me encontraba en una lucha constante entre el deseo de protegerlo y el temor de que Alecc apareciera en cualquier momento.

La rutina se sentía diferente. A pesar de que los días se sucedían uno tras otro, la sombra de la incertidumbre se cernía sobre mí. Jack se había convertido en un pilar en mi vida, pero sabía que mi secreto no podía seguir oculto por mucho más tiempo. Cada vez que miraba a Anthony, recordaba que su vida estaba a punto de cambiar, y eso me aterrorizaba.

Cuando llegué a casa, me encontré con Jack en la cocina, preparando café. Su sonrisa me hizo sentir un poco mejor, aunque sabía que había una nube oscura acechando sobre nosotros.

—Buenos días, Mack —dijo, girándose para mirarme. Sus ojos eran cálidos, pero había una chispa de preocupación en su mirada.

—Buenos días, Jack. Gracias por preparar el café —respondí, intentando mantener un tono ligero.

Mientras él servía el café, no pude evitar preguntarle sobre sus planes para el día.

—¿Tienes clases hoy? —le pregunté, intentando cambiar de tema.

—Sí, un par de conferencias y luego una reunión de grupo. Pero después de eso, quería pasar un rato con Anthony. —Sonrió, y pude ver lo emocionado que estaba. Me encantaba que se hubiera involucrado tanto en la vida de mi hijo.

—Eso suena genial. Anthony estará muy feliz de verte —dije, aunque una parte de mí seguía inquieta. La imagen de Alecc interrumpiendo ese momento perfecto flotaba en mi mente.

Mientras disfrutábamos del café, el sonido del teléfono me sacó de mis pensamientos. Era un mensaje de texto, y cuando vi el nombre en la pantalla, mi corazón se detuvo por un instante: Alecc.

—¿Todo bien? —preguntó Jack, notando la palidez en mi rostro.

No sabía si debía ser honesta. Era evidente que Alecc no estaba en mi vida, pero de alguna manera, su mensaje me hacía sentir vulnerable.

—Es solo un viejo amigo que se comunica —respondí, intentando sonar despreocupada.

—¿Estás segura de que está bien? —insistió, y su mirada me atravesó.

—Sí, es solo un mensaje —dije, forzando una sonrisa, aunque sabía que estaba a punto de estallar.

Después de un momento de duda, decidí abrir el mensaje. "¿Podemos hablar? Necesito verte".

Mis manos temblaron al leerlo. Cada palabra parecía una advertencia, una señal de que el pasado no estaba dispuesto a quedarse enterrado.

—Mack, ¿estás bien? —dijo Jack, acercándose.

Mi corazón latía con fuerza, y no sabía cómo explicarle que el hombre del que había intentado protegerlo estaba de regreso.

—Jack... —comencé, pero no sabía cómo seguir. El miedo y la confusión llenaron el aire, creando una tensión palpable.

—Tienes que decirme la verdad. No quiero que ocultes nada más.

Sus palabras resonaron en mí, y su sinceridad me hizo sentir culpable. Sabía que no podía seguir escondiéndole la verdad. Con un profundo suspiro, decidí que debía contárselo.

Antagonista en la propia, Protagonista en la ficticiaWhere stories live. Discover now