La Decisión

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|Mackenzie| °meses a tu lado°


La noche era tranquila, pero mi mente no lo era. Jack había regresado al sofá, exhausto, y Anthony dormía profundamente en su cuarto. Yo me quedé sentada, mirando las estrellas por la ventana, pero el peso de lo que estaba ocurriendo me mantenía despierta. Sabía que la calma que sentía ahora solo era temporal; había una tormenta esperando a desatarse, y el epicentro era Alecc.

Mientras Jack y yo habíamos intentado investigar sobre él, no pudimos encontrar mucho más. Pero la poca información que teníamos dejaba claro que Alecc estaba en un punto crítico. Legalmente, no estaba en el mejor lugar, lo que solo confirmaba mis miedos. Si descubría que Anthony era su hijo, podría usar esa situación para retomar lo que había dejado atrás. Y yo no estaba segura de cómo proteger a mi hijo si eso ocurría.

Me levanté del sofá y caminé hacia la habitación de Anthony. Abrí la puerta con cuidado y lo vi, durmiendo en su cama, respirando suavemente. Mi corazón se apretó de amor y miedo al mismo tiempo. Había hecho todo lo posible para protegerlo de ese pasado, para construir una vida estable y segura para él. Jack había sido parte esencial en eso. No solo porque me brindaba apoyo, sino porque, de alguna manera, había adoptado el papel de figura paterna que Anthony necesitaba.

Pero ahora, todo parecía tambalearse. Sabía que no podía seguir huyendo de este problema. Si Alecc aparecía de nuevo, no tendría más opciones que enfrentarlo. El miedo a que me lo quitara era lo que me paralizaba.

Al día siguiente, me desperté con un nudo en el estómago. Anthony estaba jugando en la sala con sus juguetes, y Jack preparaba el desayuno en la cocina. El aroma del café y los huevos llenaba la casa, y por un momento, todo parecía perfecto, como si estuviéramos viviendo una vida normal y tranquila. Pero sabía que debía contarle a Jack lo que me rondaba la cabeza. Ya no podía cargar con esto sola.

Me acerqué a la cocina, cruzando los brazos mientras me apoyaba en el marco de la puerta. Jack me miró de reojo mientras movía los huevos en la sartén, y pude ver el cansancio en su rostro. Aunque no lo mencionara, sabía que también estaba preocupado.

—Jack, necesitamos hablar. —mi voz sonaba más seria de lo que había planeado.

Él dejó la sartén a un lado y apagó el fuego. Se acercó a la barra de la cocina, secándose las manos con un trapo antes de mirarme con atención.

—Dime, Mack. —su tono era suave, pero sabía que esperaba algo importante.

Tomé aire y comencé.

—He estado pensando mucho en esto, y no puedo seguir ocultándote mis miedos. Alecc... si él descubre que Anthony es su hijo, podría intentar llevárselo. Legalmente, no sé qué derechos tiene o qué podría hacer, pero tengo miedo. —solté las palabras rápidamente, como si decirlo de una sola vez fuera menos doloroso.

Jack me miró, y su expresión cambió de preocupación a determinación.

—Mack, no va a llevarse a Anthony. —su voz era firme, casi autoritaria. —No tiene ningún derecho sobre él. Tú eres su madre, y yo... —hizo una pausa, como si las palabras pesaran más de lo que quería admitir. —Yo soy el hombre que ha estado aquí todo este tiempo, y no voy a permitir que nada le pase a Anthony.

Sus palabras me reconfortaron, pero el temor seguía latente. Jack no entendía la gravedad de lo que podría suceder si Alecc aparecía.

—Lo sé, pero hay cosas que no podemos controlar. Si él decide pelear por la custodia o hacer algo más, podríamos estar en problemas. No sé qué haría si tuviera que luchar contra él en un tribunal. —mi voz temblaba, y Jack lo notó.

Él cruzó el espacio que nos separaba en dos pasos rápidos y me tomó de los hombros, obligándome a mirarlo directamente a los ojos.

—Mack, escucha. No estás sola en esto. No vamos a permitir que Alecc interfiera en nuestras vidas. No sé cómo, pero encontraremos una manera de enfrentarlo, juntos. ¿De acuerdo? —su tono no dejaba lugar para la duda.

Asentí, sintiendo una mezcla de alivio y miedo. Quería creerle, pero las dudas seguían persiguiéndome. ¿Y si Alecc aparecía? ¿Y si decidía que quería ser parte de la vida de Anthony? Sabía que debía preparar un plan.

Los días siguientes fueron tensos. Aunque Jack intentaba mantener todo normal, ambos sabíamos que la sombra de Alecc seguía colgando sobre nosotros. Anthony, por su parte, no tenía idea de lo que sucedía y seguía viviendo su infancia feliz. Esa era la única certeza que tenía en mi vida en ese momento: Anthony debía estar protegido a toda costa.

Un viernes por la tarde, después de la universidad, Jack me llamó por teléfono para decirme que llegaría tarde a casa. Estaba lidiando con unos problemas en el trabajo y no podía salir antes. Mientras caminaba hacia la salida del campus, con Anthony de la mano, no pude evitar sentir una extraña sensación en el estómago. Algo no estaba bien.

De repente, lo vi. Estaba ahí, apoyado contra un coche, con una sonrisa ladeada que me hizo retroceder dos pasos involuntarios. Alecc. Había vuelto.

—Mackenzie, qué sorpresa verte por aquí. —su voz era casual, como si nada hubiera pasado entre nosotros.

Sentí que la sangre abandonaba mi rostro, y Anthony apretó mi mano, notando mi tensión.

—Alecc... —fue lo único que pude decir, mi voz temblando.

Él dio un paso hacia nosotros, su mirada bajando hacia Anthony, y vi la chispa de reconocimiento en sus ojos. Lo sabía. Sabía quién era Anthony, y eso me aterrorizó.

—Así que... —dijo, mirando al niño y luego volviendo a mirarme. —¿Este es...?

Mi cuerpo se puso rígido, y antes de que pudiera reaccionar, sentí la presencia de alguien más detrás de mí. Jack. Había llegado justo a tiempo.

Sin decir una palabra, Jack se posicionó entre Alecc y nosotros, su postura protectora y desafiante. La tensión entre los dos era palpable, y supe que esta vez no sería una simple confrontación verbal.

—Alecc, aléjate. —dijo Jack, su voz baja pero llena de advertencia.

Alecc sonrió, pero no se movió. El desafío en sus ojos era evidente.

—Tranquilo, Jack. Solo estoy aquí para hablar. No vine a causar problemas. —su tono era casual, pero sus intenciones eran claras.

—No tienes nada que hablar aquí. —respondió Jack, dando un paso hacia él, su cuerpo tenso.

El miedo que sentía se transformó en una determinación feroz. Ya no era solo por mí, sino por Anthony. Sabía que esta vez no podía permitir que el pasado regresara a controlar mi vida.

—Ya no eres parte de esta historia, Alecc. —dije, mi voz finalmente firme. —Tienes que irte. Anthony no necesita nada de ti.

Alecc me miró, su sonrisa desvaneciéndose.

—Ya veremos, Mackenzie. Ya veremos. —dijo antes de dar media vuelta y alejarse.

Mientras lo veía irse, supe que esto no había terminado. Alecc no iba a rendirse tan fácilmente. Pero con Jack a mi lado y Anthony bajo mi protección, estaba lista para luchar.

La tormenta había comenzado, pero esta vez, no me dejaría llevar por ella.

4o

Antagonista en la propia, Protagonista en la ficticiaWhere stories live. Discover now