Capítulo 15: Las fotografías

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Esa mañana su primer destino junto a su padre fue el cementerio.

Tomaron desayuno acompañados de la paz del ambiente y con una fría brisa que les recordaba que el invierno se encontraba con ellos. Su padre sopló muchas veces su té, igual que cuando pequeño, porque al parecer era incapaz de soplar sin reír, por lo que terminaba regando toda su ropa con agua caliente.

Y se sintió cálido.

Muy cálido.

Sin embargo, una parte de su corazón se encontraría fría toda su vida al no estar acompañado de su segundo pilar fundamental; Jeon Boram. Una mujer simpática y humorística, comprometida con el mundo, llena de buenas acciones, dueña de un carácter fuerte y determinado. Cabello negro y lacio, piel pálida y radiante.Y, su favorito, sus mejillas que siempre se encontraban sonrojadas por lo calida que era internamente.

Y ese día cumplía ocho años sin ella.

Cerca de las doce de la tarde es cuando sus caminos con su padre se separan, no sin antes dejar unos lindos claveles amarillos a su madre. Ese día se había comprometido con Taehyung a revelar las imágenes para su primer proyecto de fotografía —ya que serían pareja definitiva de trabajo para ese electivo— y después enviárselas por correo.

Espera pacientemente a un joven chico que termine con el trabajo, mientras comienza a organizar con sus amigos la fiesta que celebrarán el día siguiente en su casa. Y todo es gracias a la nueva novia de su padre, quien le dio la idea al hombre de quedarse en su hogar junto a Puck para poder hacer una fista tranquilo, sin perturbar el sueño del hombre o su mascota, y así poder celebrar como corresponde el segundo partido que disputarán en unos días.

No pasan más de diez minutos para que el joven se acerque con las fotografías reveladas y un pequeño pendrive, donde se encuentran las mismas imágenes, pero digitalizadas. Le agradece de inmediato, esbozando una sonrisa de la ilusión que le causa ver su arduo trabajo con Taehyung, a pesar de la tensión que los rodeó todo ese bloque.

Al llegar a casa, lo primero que hace es cambiar su ropa y ponerse su cómodo pijama, para buscar algunas chucherías para comer y comenzar a seleccionar las fotos. Obviamente habían algunas fotografías que le emocionaba más que otras, como las que le sacó a Taehyung desprevenido, o la que tuvo que sostener a Taehyung en sus hombros para lograr encontrar el perfecto equilibrio entre la luminosidad y oscuridad en los camerinos de fútbol.

Conecta el pendrive a su computadora mientras come un paquete de galletas. Baja la mirada al reconocer el característico sabor y una ola de nostalgia lo azota, dejándolo prácticamente sin ánimos para continuar su día. Eran las galletas favoritas de su madre. Las que su padre dejó de comprar después de un tiempo, porque su sabor le recordaba a la mujer.

Abre la carpeta con las fotografías y comienza a buscar las que más anhelaba ver. Su lobo aúlla con fuerza al ver la imagen que tomó en el baño de biología, exactamente en el mismo lugar que fue besado por Taehyung por primera vez. Esboza una sonrisa al ver al alfa castaño de espaldas, sonriendo maliciosamente de costado, probablemente recordando lo bien que lo pasaron por unos segundos, hasta que la cobardía lo golpeó.

Continua bajando por la carpeta hasta encontrar una que no sacó él, y agradece internamente verla, porque le sube el ánimo de inmediato, haciéndolo soltar una carcajada. En la imagen, Taehyung estaba sentado en una banca mientras que él se encontraba arrodillado y dado vuelta, saludando a Yujin y Eunha, quienes se encontraban pasando por detrás de ellos. Sin embargo, eso no es lo más gracioso, sino que es la decisión de Taehyung de sacarse una selfie junto a su trasero, fingiendo morderlo con una sonrisa.

La cuenta atrás de veinte | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora