La cuenta atrás de veinte | JJK & KTH

Capítulo 3: El delantero del ala izquierda

Los entrenamientos comienzan exactamente a las seis de la tarde, ni un minuto antes ni otro después. Jungkook deja su bolso con pereza en las bancas al costado de la pista y vuelve su atención a Taemin, el entrenador despiadado que los ha guiado a la victoria. Sin embargo, era el mejor de todos.

—Vamos, idiotas —dice el hombre, posicionándose al costado de la pista, a pesar de la barrera transparente que los separa—. Es hora de comenzar.

Comienzan con unas cuantas vueltas por la pista para calentar el cuerpo. Aún toman sus sticks, ya que todos saben que su entrenador se centraría netamente en lo cardiorespiratorio como un diagnóstico después de dos meses de vacaciones. A medida que aumentan los minutos, también aumenta la exigencia y velocidad de patinaje, llegando un momento donde deben inclinarse para mantener el equilibrio. El ruido de los cuchillos sobre el hielo es lo único que perturba el silencio en el que se encuentran inmerso, porque, un paso en falso y todos se encontrarían en el frío suelo y, probablemente, lesionados.

—¡El primero que cae debe pulir la pista durante dos semanas! —exclama Taemin, observando su reloj de pulsera—. ¡Quedan diez minutos, aún no los escucho jadear!

Al terminar las vueltas, varios de ellos caen al hielo de cansancio. Jungkook respira agitadamente mientras revuelve su húmedo cabello por el sudor, pero se siente de maravillas por volver.

Los circuitos en la pista comienzan y cada vez son más enredados. Deben esquivar unos conos, utilizando una mano para amortiguar el grado de inclinación en algunos momentos. El hielo salta cada vez que los jugadores pasan uno tras otro, lanzando con fuerza al pequeño arco donde los puntos se marcan. Sin embargo, Seokjin no los honra con su súper talento de portero, porque nadie podría anotar si él estuviese protegiendo su espacio de juego.

—¡Más rápido, Jungkook! —exclama Taemin—. ¡Usa los muslos, vamos!

Patina con más velocidad entre los conos, para posteriormente dar un salto con las piernas juntas ante el segundo obstáculo y lanzar el puck o disco de color negro al arco. Sin embargo, cuando apunta con su stick su lugar a atacar, unos ojos llaman su atención. O, mejor dicho, el dueño de esos ojos.

Lanza con fuerza el disco, haciendo que este pierde durante unos segundos la direccionalidad y golpee con fuerza uno de los fierros del arco pequeño.

—¡¿Con esa puntería quieres ser padre, Jungkook?! —brama Taemin.

El alfa sostiene la mirada en Taehyung, quien se recuesta sobre la butaca y abre sus piernas, acomodándose un poco más para molestar mientras una sonrisa aparece en ese malévolo rostro. Jungkook arruga sus cejas y patina hasta la puerta de salida de la pista, dejando su stick al costado de esta.

Algunos de sus compañeros lo observan con curiosidad ante sus repentinos movimientos, pero ninguno lo frena. De hecho, guardan silencio rápidamente y le dan una corta mirada a su entrenador, quien rápidamente capta hacia donde el alfa se dirige tan crispado. Camina directo a Taehyung, cerrando sus manos en puño al ver que este continúa con la mirada fija en la cancha, sin siquiera inmutarse de su presencia por el otro lado. Aprieta la mandíbula cuando, al encontrarse a su costado, este pretende ignorarlo y saluda a los otros jugadores, quienes mantienen su mirada atenta en él.

—¿Qué mierda haces aquí? —pregunta Jungkook con violencia—. No tienes permitido estar aquí.

Lo único que hace Taehyung es sacar su credencial universitaria de la UAC y mostrarla al alfa. En ningún momento le habla, muchísimo menos lo mira. Tan solo mantiene esa sonrisa en su rostro de burla.

Jungkook sabe lo que ese movimiento significa. Esa credencial universitaria le permitía entrar a cualquier espacio de la universidad al ser estudiante, por lo que estaba aludiendo a ese punto. Sin embargo, a pesar de que entiende la señal, igualmente decide palmear la mano del contrario, haciendo que este bote su credencial al suelo.