Capítulo 16: Una y otra vez.

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La música no le permite escuchar la voz de su profesor de la grabación que Kyungsoo le envió hace unas horas y la ira se está apoderando de él a un nivel no antes visto. Se levanta con enfado de su silla de escritorio, empujando esta hacia atrás y haciéndola chocar con la cama. Camina con decisión a la ventana, abriendo esta con fuerza, azotándola con el marco. Baja la mirada cuando escucha unas risas melosas, y al ver a dos chicas besándose en su patio sus manos comienzan a temblar, no soportando más la ridícula fiesta de Jungkook.

No le interesa estar con su ridícula camiseta de Isaac Newton y su pantalón de buzo gris con una mancha de ketchup —regalo de su queridísima hermana que solía robar sus prendas de ropa—, muchísimo usar sus gafas de descanso de vista. Simplemente toma el primer abrigo que se cruza en su camino, calzando sus pantuflas con un patrón de fórmulas matemáticas con rabia.

Agradece que su madre se encuentre en turno nocturno, porque sino hubiese echado a todos los invitados del pelinegro al rociarlos con agua.

Camina con rapidez a la casa de su vecino, ignorando las miradas de compañeros de equipo y algunos conocidos. Simplemente necesita buscar el maldito núcleo creador de ese desorden que no le permite estudiar correctamente para su examen del día lunes, el cual sería netamente de cálculo, y con la música no lograba conectar dos neuronas.

En el centro de la casa se encuentra con una masa de personas bailando al ritmo de la música y, a pesar de que su interior se enciende al reconocer cada una de las canciones, la preocupación de tener buenas calificaciones es muchísimo más intenso, por lo que puede controlar su impulso de unirse a Jimin y Hoseok, los cuales bailan bastante amistosos entre ellos.

Espera, ¿Hoseok?

Arruga sus cejas y continua avanzando por la gente, luchando con algunos que pisan sus pantuflas. Al entrar a la cocina, lo primero que se encuentra es con Yoongi, quien parece bastante divertido con la discusión de una pareja fuera de la casa; las mismas chicas que él pudo ver por la ventana ahora estaban discutiendo.

—¡Taehyung! —exclama el chico, bastante feliz y borracho—. ¡Pensé que no vendrías!

El alfa sostiene su mirada en el chico mientras este repara en su atuendo y lo escucha soltar una carcajada.

—Lo siento, Taehyung —continua Yoongi con gracia—. Esto no es una pijamada.

Taehyung suelta unas falsas carcajadas, dándole una mirada a la cocina al encontrar un completo desastre. Sin embargo, ese no es su objetivo. Eso no fue a lo que vino.

—¿Dónde está Jungkook? —indaga el alfa de inmediato—. Necesito hablar con él de inmediato.

Yoongi suelta unas risitas, para comenzar a señalar el patio trasero. O eso es lo que cree, porque el cuerpo del alfa contrario se mueve de adelante hacia atrás mientras señala.

Taehyung asiente de inmediato, caminando a la puerta de la cocina que lo dejará llegar al patio trasero. Solo que, antes de salir, decide quitar el vaso que Yoongi tiene en su mano y lanzarlo por la ventana, para decir:

—Ve a buscar a Seokjin o a Jimin para que te ayuden —Yoongi abre su boca con indignación, sosteniendo su mirada en la ventana que Taehyung lanzó el vaso—. Estás intoxicado en alcohol.

—Esto es culpa de tu maldito amiguito.

No logra comprender a lo que se refiere, por lo que tan solo lo deja pasar, volviendo a señalar al chico con advertencia cuando lo ve moverse por la encimera a la torre de vasos rojos, acompañada de una infinidad de botellas de alcohol.

Su piel se eriza al salir al exterior de la casa, donde puede escuchar algunas risas grupales. Continúa su camino hasta llegar al lugar específico donde todas las pelotas de tenis de su hermana se encuentran amontonadas y rotas por Puck. Abre su boca al reparar por qué la chica siempre pedía más y más pelotas a su madre.

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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La cuenta atrás de veinte | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora