En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, donde las rivalidades son intensas y las emociones corren a toda velocidad, Max Verstappen, el apasionado piloto de Red Bull Racing, se enfrenta a su desafío más inesperado. Después de una dolorosa ruptura co...
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Capitulo 25
Max pov
Solamente serían tres días. Tres malditos días y finalmente volvería con Olivia. Podía soportar eso, ¿no? Pero claro, esos tres días estaban destinados a convertirse en un verdadero infierno. Y no solo por mi padre, aunque la relación con él ya era lo suficientemente complicada. No. La verdadera pesadilla eran los invitados de mi padre: los Piquet.
E inevitablemente, eso incluía a Kelly.
Ya lo sabía desde antes de llegar, algo me lo decia, pero de alguna manera me había convencido de que lo manejaría. No iba a ser gran cosa. Tres días. Pero cuando llegué y vi la sonrisa incómoda de mi padre y la presencia de los Piquet instalándose como si fuera su propia casa, supe que estaba jodido
No podía evitar sentir la tensión creciendo en mi pecho. Desde el momento en que crucé la puerta y vi a Kelly sentada al otro lado de la sala, sonriendo de forma casual como si todo estuviera bien, supe que esos tres días serían una larga prueba de paciencia.
Mi padre estaba de pie a su lado, con esa típica postura de despreocupación que siempre adoptaba, aunque conocía lo suficiente como para saber que no era más que una fachada. Los Piquet estaban allí, cómodos, conversando con él como si fueran los mejores amigos de toda la vida. No pude evitar pensar en Olivia, en lo tranquila que había sido nuestra despedida en el aeropuerto y cómo eso parecía un recuerdo lejano ahora que estaba aquí, en medio de este caos.
Me acerqué a mi padre y a los invitados, sonriendo a medias, simplemente porque no tenía otra opción. La mirada de Kelly se cruzó con la mía durante un segundo antes de que ella apartara la vista. No estaba seguro de qué esperaba, pero claramente ninguno de los dos tenía interés en hacer las cosas incómodas más de lo necesario.
—Max, hijo —dijo mi padre, dándome una palmada en el hombro con un entusiasmo que se sentía casi forzado—. Llegaste justo a tiempo para la cena. Los Piquet nos acompañarán estos días, ya lo sabías, claro.
—Sí, lo sabía —respondí, con la mandíbula apretada, intentando no dejar que mi incomodidad se notara demasiado.
Kelly se limitó a asentir con la cabeza cuando mi padre mencionó su nombre, como si no estuviera allí realmente. Y aunque la tensión estaba claramente presente, nadie parecía dispuesto a mencionarla en voz alta. Todo el mundo pretendía que era una visita normal, que esto no era extraño para ninguno de nosotros.
Pero sabía que esos tres días serían todo menos normales. Ni mi padre, ni Kelly, ni los Piquet harían nada fácil. Y en cada minuto que pasaba, solo podía pensar en Olivia. Me preguntaba qué estaría haciendo ahora, en su cita con su hermana en Londres. Seguramente, lo que fuera que estuviera enfrentando ella no podría ser peor que lo mío.
