En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, donde las rivalidades son intensas y las emociones corren a toda velocidad, Max Verstappen, el apasionado piloto de Red Bull Racing, se enfrenta a su desafío más inesperado. Después de una dolorosa ruptura co...
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Capitulo 27
Olivia pov
Volar a Cincinnati para visitar a Joe me tenía increíblemente feliz, incluso si el viaje resultaba algo largo y pesado. Verlo era siempre un alivio, una forma de regresar a un lugar seguro que parecía existir en nuestras risas y bromas, donde todo podía ser sencillo por un momento. Joe me había dicho que había invitado a "un amigo," lo cual ya era bastante claro: ese amigo sería Logan. No hacía falta que Joe lo mencionara directamente; lo adivinaba sin esfuerzo. Logan y yo habíamos seguido en contacto constantemente, escribiéndonos mensajes sobre cualquier tema, desde nuestras películas favoritas hasta nuestros días más pesados. Era reconfortante tenerlo tan cerca, aún a la distancia.
Sin embargo, entre todo esto, los últimos días con Max se habían quedado en mi mente como una suerte de sueño perfecto. Increíbles, llenos de gestos que de alguna forma parecían más cercanos y reales. Habíamos pasado momentos cargados de risas, charlas que surgían casi sin darnos cuenta, y una cercanía romántica que me hacía cuestionar si todo estaba sucediendo tan rápido. Antes de despedirme, le había pedido a Max que fuese completamente honesto mientras estuviéramos separados; después de todo, ambos entendíamos que había una línea delgada entre la confianza y los malentendidos. Max, sin dudarlo, me prometió que así lo haría. Eso me daba tranquilidad... aunque no del todo.
Había algo en nuestra relación que aún no podía abarcar del todo, como si una pequeña sombra se colara entre nosotros, especialmente en la distancia.
Joe me recibió en el aeropuerto con una sonrisa tan amplia que me hizo olvidar todo el cansancio del viaje. Era esa calidez suya, esa facilidad para hacerme sentir en casa en cualquier lugar. Apenas nos vimos, me dio un abrazo apretado, uno de esos que parecían llenos de complicidad y años de recuerdos compartidos. Caminamos juntos hasta el auto, bromeando y poniéndonos al día en lo esencial.
Ya en el auto, mientras recorríamos las calles de Cincinnati, miré a Joe de reojo y le pregunté:
—¿Y cuándo llega Logan?
Él mantuvo la vista en el camino, pero pude ver una pequeña sonrisa formarse en sus labios.
—Llega hoy también, pero en la noche. —Luego, sin quitar los ojos de la carretera, añadió—: Me encargué de que todo estuviera listo para que estuviera cómodo, así que estará en la habitación siguiente a la tuya.
Sonreí. Claro, Logan había sido un amigo cercano para Joe, y él era muy protector con las personas que realmente le importaban.
La familia de Joe era casi como una extensión de la mía; de hecho, a veces se sentía más como una segunda familia que simplemente amigos.
—¿Y tus padres? —le pregunté, imaginándome ya sus abrazos de bienvenida y sus preguntas curiosas de siempre.
—Mañana en la mañana. Ya sabes cómo son... mueren por verte. —Joe lanzó una sonrisa cálida, sus ojos brillando en un claro reflejo de sus palabras.
