En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, donde las rivalidades son intensas y las emociones corren a toda velocidad, Max Verstappen, el apasionado piloto de Red Bull Racing, se enfrenta a su desafío más inesperado. Después de una dolorosa ruptura co...
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Capítulo 11
Bea pov
Austria era hermoso, pero el tiempo aquí pasaba rápidamente. Desde que habíamos salido de Canadá, todo se volvía más vertiginoso, y yo había adoptado la conducta de Max en los primeros meses de nuestro contrato. Incluso en esta fiesta, mientras nos tomábamos de la mano y Max no paraba de decir lo hermosa que me veía, yo no hacía menos que fingir con una sonrisa.
—Felicidades, Charles. Un podio bien merecido —dije, ignorando aún más las palabras de Max cuando el monegasco llegó.
—Gracias, Liv. Un honor siempre, esta temporada tu novio no nos está dejando nada a los demás. Bueno, Red Bull no lo hace —respondió con una sonrisa.
Era domingo y, aunque la fiesta estuviera increíblemente divertida, no me apetecía nada más que estar en mi habitación de hotel. Pero como Charles ganó, lo vieron como una oportunidad para planear una gran fiesta en honor de los tres que subieron al podio hoy. Pero todos sabemos que, en realidad, lo hacen por Charles.
Estos días no he dormido nada bien; me siento aún más exhausta que de costumbre. Y mi verdadera relación con Max está por los suelos, no solo porque yo esté siendo hostil con él, sino también porque las llamadas de Kelly y Max son algo que ha incrementado. Antes y después de cada carrera e incluso cuando solo estamos cenando. Al principio no fue tan molesto porque realmente quería darle más oportunidad a Max, pero después de dos ocasiones, yo cenaba sola mientras veía y escuchaba a Max hablar animadamente con ella durante nuestras "citas".
—Creo que ya me quiero ir —murmuré a Max.
—Bien, ya vámonos, tienes que descansar y yo también —no dijo nada más y yo asentí.
Luego de despedirnos de algunos pilotos, salimos del lugar. La camioneta que nos trajo se para enfrente de nosotros. El cuero de los asientos es frío bajo mis piernas descubiertas, pero no digo nada.
—Felicidades por tu victoria de hoy —me siento con la obligación de hablar y por eso se lo digo.
—Gracias, estoy bastante feliz y orgulloso de mí —responde rápidamente.
—Yo estoy feliz y orgullosa de ti, estoy segura de que este año te llevarás nuevamente otro campeonato —no lo miro, pero puedo sentir su mirada en mi perfil.
—Tus palabras siempre son correctas, me gustaría ser como tú —no sé a qué viene aquello, pero eso me hace mirarlo.
—No hay nada especial, Max. Cualquiera puede decir palabras y nadie sabrá si son verdad o no. No seas como yo o como quien sea, solo sé tú. Eso es lo que te pone donde debes estar —él me sonríe.
