En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, donde las rivalidades son intensas y las emociones corren a toda velocidad, Max Verstappen, el apasionado piloto de Red Bull Racing, se enfrenta a su desafío más inesperado. Después de una dolorosa ruptura co...
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Capitulo 15
Max POV
No estaba actuando por celos hacia Olivia y Logan... Lo hacía porque realmente había tomado mucho cariño a Penelope; ella era como... como mi hija. Es doloroso admitirlo, pero Daniil y Penelope no se veían tan seguido antes, posiblemente por culpa mía y de Kelly.
Mi relación con Penelope había evolucionado de una manera que nunca esperé. A medida que pasaba el tiempo, su presencia se había vuelto un componente esencial en mi vida, llenando un espacio que ni siquiera sabía que estaba vacío. Aunque me dolía pensar que mis acciones pudieran haber afectado la relación entre ella y su padre, sabía que tenía que enfrentar esa realidad y asumir la responsabilidad de mis actos.
Quizás, en el fondo, también me preocupaba perder ese vínculo especial que había desarrollado con Penelope si las cosas cambiaban demasiado. Sin embargo, sabía que no era justo para ella ni para Daniil mantener las cosas como estaban simplemente por mi comodidad emocional.
Mientras lidiaba con estos pensamientos, también me veía obligado a reflexionar sobre mi situación con Olivia. Imaginarla con Logan había despertado en mí una mezcla de emociones que aún estaba tratando de descifrar. ¿Eran celos lo que sentía? ¿O era simplemente el temor a enfrentar cambios en nuestras propias dinámicas?
Estas preguntas me rondaban la mente, complicando mis sentimientos y haciéndome cuestionar mis próximos pasos. Sabía que tenía que enfrentar estos temas, hablar con las personas involucradas y aclarar mis emociones, tanto por el bien de Penelope como por el mío propio y, quizás, por el de Olivia también.
A pesar de todos estos pensamientos tumultuosos y las dudas que nublan mi mente, me encuentro en la puerta de la residencia de Kelly. Respiro hondo, intentando poner en orden mis emociones antes de tocar el timbre. No pasa ni un segundo cuando escucho el sonido de pequeños pies corriendo hacia la puerta. Penelope emerge, su energía desbordante iluminando todo a su alrededor, y con una alegría contagiosa, se lanza a mis brazos.
—¡Maxie! —exclama con esa inocencia y amor puros que solo los niños poseen.
La abrazo fuertemente, sintiendo cómo muchos de mis problemas parecen desvanecerse momentáneamente con el simple contacto de su abrazo cálido y sincero.
Mientras sostengo a Penelope en mis brazos, levanto la vista para encontrarme con Kelly, quien sostiene la puerta abierta. La luz del vestíbulo ilumina su figura, destacando sus rasgos de una manera que no puedo ignorar. Kelly se encuentra allí, impecable como siempre, su presencia es tanto acogedora como intimidante. Lleva un vestido simple pero elegante que complementa a la perfección su figura esbelta y su porte distinguido. Su cabello cae en suaves ondas sobre sus hombros, y su maquillaje, aunque sutil, realza la intensidad de sus ojos y la suavidad de sus labios.
