𝐗𝐗𝐈𝐈

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-"¡Que carajos!"- el hombre furioso dejó su vaso de vidrio en la mesa con fuerza

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-"¡Que carajos!"- el hombre furioso dejó su vaso de vidrio en la mesa con fuerza. -"¿¡Como que lo dejaron herido!?"- volvió a exclamar. -"Padre, yo no tengo idea de lo que pasó, cuando fui a ver cómo iba el plan, ese tal Vox estaba realmente herido y ni hablar de Valentino que tuvo que ir al hospital"- Eso fue suficiente para que Paimon se levantará y se estresada aún más.

-"Mierda, porque ninguna otra cosa funciona.. Solo queda una puta opción."- El hombre sonaba más tranquilo, peor aún así contenía su enojo mientras miraba la ventana y su reflejo en ella. Miguel no tardó mucho en darse cuenta de lo que estaban hablando. Escondido detrás de la pared escuchaba atentamente lo que su padre y Azrael conversaban. Su papá siempre le contaba las cosas al pelinegro al ser el hermano mayor la familia.

Miguel volvió a su cuarto con algo de tristeza, realmente extrañaba a su hermano menor, pero no podía hacer nada. Siempre le tuvo miedo a su padre, aunque nunca fue malo o desobediente con el, sentía que podía golpearlo o hacerle algo peor de lo que le hizo a Lucifer. De pronto el otro rubio de pelo largo escucho una voz de una mujer que le pareció muy familiar. Esa hija de perra.

-"¡Alastor donde esta mi llavero de pato!"- Lucifer gritaba desde la habitación, preocupado por no encontrarlo

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-"¡Alastor donde esta mi llavero de pato!"- Lucifer gritaba desde la habitación, preocupado por no encontrarlo. -"¡Lo tengo yo, Querido!"- respondió Alastor aliviando a Lucifer quien salió como si hubiera encontrado algo realmente valioso (cosa que si era). -"¿Ya nos vamos?"- Preguntó el castaño mirando con una sonrisa a su pareja. -"Si, vamos."- Alastor río un poco y luego beso el ojo del más bajo.

Los dos chicos iban a ir a su tercera cita, ya que ambos no tenían nada que hacer. Las vacaciones hacían que tengan mucho tiempo libre antes del trabajo, y hablando de eso, a Lucifer le estaba yendo excelente en ello. La paga era espléndida y había renunciado a su trabajo de camarero.

Volviendo a la cita, ambos estaban realmente alegres por dirigirse nuevamente al restaurante de la amiga de Alastor, Rosie. La última vez que se habían dirigido allí, fue en su primera cita la cual les encantó, nunca podrían olvidarla. Llegaron al lugar y como era de costumbre Rosie los recibió. -"¡Alastor! ¡Lucifer!"- Saludo emocionada la dama. -"¿Donde se habían metido? Me alegra volverlos a ver después de mucho tiempo"- dramatizó la mujer. -"Rosie, apenas nos vimos en mi cumpleaños"- respondió Alastor.

Rieron un rato hasta que la chica los guió a sus asientos. Un hermoso lugar en la ventana en donde se podían ver los otros edificios y el cielo, la gran altura del lugar hacia que el paisaje sea hermoso. Una de las cosas que amaba el castaño, aparte de la comida, eran los lugares que se les asignaban, aunque sabia que Rosie les daba el mejor lugar, ya que al ser amigos desde la infancia siempre los recibía bien.

Ambos observaron el menú y empezaron a elegir -"¿Que tal si pedimos un vino?"- Propuso el rubio señalando el texto en donde se mencionaba dichosa bebida. -"Claro, querido"- Respondió Alastor. Terminaron de pedir y al poco tiempo vino una camarera a tomar nota de lo que habían ordenado. -"¿Como te va en el trabajo, Lu?"- pregunto el moreno -"Me va bien, no conozco mucho a las personas de allí, pero tampoco me interesa hablar con gente"-

-"Pero si antes te hablabas hasta con los perros"-

-"Callate, ahora no me interesa"-

Ambos rieron y al poco tiempo volvieron a charlar tranquilamente. Algunas veces Alastor agarraba la mano de su pareja haciendo de que este se ponga nervioso y se trabe al hablar. No entendía porque, pero aunque sean pareja, Lucifer siempre se ponía nervioso ante una acción amorosa en público. Pero al moreno no le molestaba, y poco le importaba, aunque a decir verdad le daba algo de risa notar a Lucifer temblar y sus mejillas demasiado rojas.

Terminaron de cenar y ya habían quedado satisfechos. Lucifer no se emborracho con el vino, porque había decidido poner límites, ya que últimamente estuvo más ebrio que nunca, pero siempre había un principal culpable de su embriaguez (cofcofAlastorcofcof).

Los dos hombres irían a comprar un helado o un postre, no sabían muy bien a donde ir, así que solo irían a pasear por el centro de la ciudad. Hasta que encontraron un pequeño local de al que ambos querian probar algunas prendas. Entraron entusiasmados y observaron la ropa que estaba colgada, llevaron pocas cosas y luego se dirigieron al auto, pero en el camino Alastor se percató de algo.

-"¿Eh?"- el castaño volteo a ver un callejón en donde se escuchaban ruidos de tachos de basura moviéndose y cayendo. El Moreno tomó la mano de Lucifer y poco a poco se fue acercando hasta que encontró algo que le partió el corazón. -"Es una niña"- Dijo el rubio con la voz entre cortada y en un susurro. La niña de pelo rubio y ojos Rubí los miro confundida y algo asustada. -"¿Donde están tus padres pequeña?"- Hablo Alastor para luego agacharse para llegar a la altura de la rubia. -"Mi mamma me rego"- Hablo una dulce voz proveniente de la niña. Estaba claro que lo que quería mencionar era "mi mamá me dejó", cosa que provocó que Lucifer vuelva a pensar en lo que le pasó.

-"Llevemosla a casa"- Dijo el más bajo confiado de lo que dijo. El de ojos marrones pensaba lo mismo, así que tomaron a la ni la y la llevaron a su departamento para poder hablar con ella o llamar a la policía. Por otro lado Lucifer estaba destrozado ¿Como podían hacerle eso a una simple niña? ¿Cuanta gente de mierda hay en el mundo? Tanto pensamientos negativos hicieron que el rubio sacará sus pastillas de nuevo para calmar su angustia. -"¿Como te llamas?"- Le preguntaba Alastor a la niña. Mientras Lucifer estaba angustiado, el Moreno se tomó la molestia de hablar un rato con la niña. -"C-charlii"- respondió la dulce voz -"¿Y cuantos años tienes?"- interrogado el castaño. -"tes"- respondió la menor.

No pasó mucho tiempo para que la policía llegará y empezarán a conversar al respecto. Le hicieron algunas preguntas a Alastor y luego observaron a la más pequeña sin importancia. A decir verdad parecía que a ellos no les importaba en lo absoluto que "Charlie" este en la calle sin nada de comer, porque a una estúpida se le ocurrió abandonarla. -"¿Oficial, que harán con ella?"- Pregunto Alastor. -"Pues, la llevaremos al orfanato hasta que alguien quiera adoptarla"- contesto el hombre, así que agarraron la mano de la niña y estaban a punto de retirarse hasta que otra voz se escuchó.

-"Oigan, podemos adoptarla."- Habló Lucifer y luego le dedicó una mirada a Alastor quien solo asintió apoyando la decisión. El oficial se dio la vuelta y mencionó que tendrían que firmar muchas cosas, pero que si querían no había problema.

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𝐁𝘭𝘶𝘦 𝐄𝘺𝘦𝘴 || Radioapple ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora