Ellie Maxwell.
Me quedé observando su foto en el anuario, era un maldito rubio de ojos verdes, no era feo, sin embargo; para mí, parecía un aborto de gorila.
Robert Damian Jones.
Robert Damian Jones.
Robert Damian Jones.No se me olvidará su nombre.
—Quiero hablar con él. —Le susurré a mi abuela, notando una cara de desaprobación.
—¿Sabes los peligros a los qué te enfrentas? Hija, Texas da miedo de noche, es un maldito desierto frío con calles oscuras.—Yo rodé mis ojos.—Tranqui, no pasará nada, solo le escribiré. —Tomé el teléfono y le escribió, un mensaje, diciéndole que se veían en tal restaurante en media hora.
—Adiós, abuela, te quiero. —Dije y subí a mi habitación, para irme a vestir.
Solo me coloqué un pantalón de mezclilla con una baby tee color azul liso, y unos converse negros sin plataforma.
Amarré mi cabello con una coleta baja y se echó perfume, para después salir de la casa, rápidamente.
Llegué a aquel restaurante y reservé una mesa para dos, me quedé esperando unos minutos hasta que vi un rostro reconocido, era él.
—¡Damian! —Lo llamé.
—¿Cómo sabías mi nombre? Definitivamente eres la indicada. —Le di una fuerte bofetada, dándole un golpe de realidad.
—¡No vine para que me faltaras el respeto, idiota! —Exclamé furiosa.
—Okay. —Contestó mientras veía el menú.—Vine, porque quiero que me dejes en paz. Tan solo dime, que es lo que puedo hacer para que me dejes tranquila. —Digo en un rato de desesperación.
—Acuéstate conmigo. —Musitó.
—¿Qué? Maldito raro, obviamente no haré eso, que asco. —Contesté, para después levantarme de la mesa.—¿Por qué te vas? —Preguntó. Inmediatamente, me regresé, sentándome para decirle unas últimas palabras.
—Si no me dejas tranquila, te juro que iré a buscarte con la policía. —Él comenzó a reír.—¿No recuerdas quién es mi padre? —Interrogó.
—No. Ni siquiera interactuamos en la universidad. —Acercó su rostro al mio, tomándome por la nuca, evitando que me moviera.—Mi padre es abogado, de los mejores del estado. —Después de decir eso, trató de besarme, a lo que le respondí, escupiendolo en la cara.
—¡Me das asco! —Exclamé con impotencia.
Todos en el restaurante me comenzaron a mirar.
—¡Deja de fingir que no te gusto! —Contestó, acercándose mucho más hacía mí.
—¡No, suéltame! —No tuve otro remedio más que darle un golpe en la nariz, separándolo de mí.Me levanté de la silla y me largué de ese lugar.
Fué una mala idea.
—¿Qué fué eso? —Preguntó una voz reconocida detrás de mí.
Me volteo, mirando a Nicholas sorprendida.
—Nicholas, ¡que sorpresa! —Me acerqué para darle un abrazo pero él me detuvo.
—¿Qué fué eso? —Volvió a preguntar.
—Es una larga historia. —Contesté, sin embargo; noté que no le convenció eso.—Trató de besarte, seguro es porque ya venían teniendo algo. O sea, ¿todo lo qué me dijiste era mentira? —Tenía tantas emociones encontradas.
—¡No! Nick, déjame explicarte, no es lo que piensas... —Me interrumpe.
—Sí es lo que pienso. —Tenía tantas ganas de golpearlo en ese instante, porque no era capaz de entender lo que le estaba diciendo.
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ANTES DEL SÍ. ━ NICHOLAS ALEXANDER C.
FanfictionElla es solo una barista de Starbucks, él, un adicto al café de la mañana. Sin pensarlo dos veces, lo hicieron antes del 《sí 》de la común propuesta. Un beso, y todo cambió. •∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙