Ellie Maxwell.
Desperté y me dirigí a la cocina, buscando algo para tomar. Era más de medio día.
—¿Qué es esto? —Pregunté agachandome al frente de la puerta, recogiendo un sobre que tenía escrito " Lo daré todo por tí, Ellie Maxwell. "
Abrí el sobre, encontrándome una carta.
" Hola, Ellie, sé que no te acuerdes de mí, sin embargo; yo era tu admirador secreto en la universidad... no he podido superarte después de que me dijiste que no querías interactuar conmigo, debido a que conocías mis intenciones, pero, adivina ¡descubrí que terminaste con el asqueroso de tu novio! Si todavía siguieran juntos, no podría aguantar la presión, que hubiera sido capaz de matarlo. Aunque, me enteré que estás saliendo con el chico blanco del mes... Nicholas Chavez. Un coqueto en su esplendor, lo descubrí con varias chicas en una app de citas; yo no te haría eso, cariño. Mejor reconsidera la idea de conocerme, sigo viviendo en Houston, claro, antes que te devuelvas a Los Ángeles. No sabes lo ansioso que estoy de tocarte y ver tu hermoso rostro, no te veo desde hace más de cuatro años... sigo siendo virgen porque me estoy preparando para tí. He visto pornografía, ya sé como tratarte para que grites mi nombre como la perra que eres.
Con amor, D. "
—¡Aaah! —Grité fuertemente mientras tiré la carta al piso.
—¡No, no, no! ¡Él no! —Grito mientras le doy puñetazos a la puerta, cayendo de rodillas, suplicando al cielo de que por favor, ese tal, D, no vuelva a molestarme... me hizo la vida imposible en la universidad de aquí.Comenzaron a llamar al teléfono de la casa, me levanté e intenté ignorar el berrinche que acababa de hacer.
Contesté asustada.
—¿Hola? ¿Quién habla? —Pregunté. Escuché respiros agitados y quejidos, probablemente masculinos.
" Sigue hablando, casi acabo. "
Oh...
—Deja de molestar, no quiero, ni querré conocerte, degenerado. —Dije y colgué inmediatamente.
—¿¡Por qué yo!? —Exclamé llorando de la impotencia.
¿Qué carajos le importa si Nicholas tiene a cientos de match en una app? Aparte, ¿qué le importa si en realidad Nick y yo estuviéramos saliendo?
—¡Maldito, lo odio! —Vociferé, despertando a mi abuela que estaba sentada en el sofá con el televisor encendido.
—¿Qué pasa, mija? Tus padres están en el hospital, ahorita vuelven. —Dijo con saliva en la comisura de sus labios.
—¡Odio a los hombres! —Digo tirándome al sofá con ella.
—¿Qué te hizo el Nicholas? —Preguntó.
—No... ¿recuerdas mi admirador de la universidad? —Pregunté.
—No, hija, ese era un acosador. —Seguí llorando.
—Me llamó mientras se masturbaba, abuela. —Contesté mientras seguía llorando.—¿No te ha superado? Denuncialo.
—Agh, es que él siempre logra localizarme... solo estaré hasta el sábado, no puedo seguir aquí en Texas. —Concluí.—¿Me llevas? Seguro cuando vengas, sería por mi funeral. —La miré a los ojos.
—Mamá y papá no me dejan, estoy muy ocupada, casi nunca estoy en casa, abuela, te quiero demasiado, si por mí fuera, te llevaría, pero no puedo desobedecer a mamá.—No sé como carajos ella es mi hija. —Rodó los ojos.
Mi celular comenzó a sonar, contesté y me levanté del sofá.
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ANTES DEL SÍ. ━ NICHOLAS ALEXANDER C.
Hayran KurguElla es solo una barista de Starbucks, él, un adicto al café de la mañana. Sin pensarlo dos veces, lo hicieron antes del 《sí 》de la común propuesta. Un beso, y todo cambió. •∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙•∘˙