La criatura, con su presencia amenazante, se lanzó hacia ellos con una rapidez sobrehumana. Su rugido resonó en el bosque, un sonido que vibraba en el aire y llenaba de miedo el corazón de Wonwoo y Mingyu. Con una agilidad que apenas podían seguir, se esquivaron de sus garras, cada movimiento una coreografía de supervivencia.
—¡No la dejes escapar! —gritó Mingyu mientras realizaba un movimiento de espada, tratando de encontrar un ángulo de ataque. Pero la bestia era astuta, y con un salto ágil, se giró hacia él, sus ojos brillando con un odio palpable.
Wonwoo observó el enfrentamiento, buscando una oportunidad. La criatura no solo era fuerte; su velocidad era abrumadora. Pero sabía que tenían una ventaja: no estaban solos. La fuerza de su vínculo y su entrenamiento podían convertirlos en un adversario formidable.
—Distráela, Mingyu! —ordenó Wonwoo, mientras se preparaba para moverse en un flanco.
Mingyu asintió, su rostro endurecido por la determinación. Comenzó a moverse en círculos alrededor de la criatura, lanzando ataques rápidos y precisos. Cada golpe que daba era un intento de ganar tiempo para que Wonwoo pudiera encontrar el punto débil que necesitaban.
La bestia rugió, y en un instante, volvió a lanzar sus garras hacia Mingyu. Este esquivó por poco, y la fuerza del ataque hizo temblar el suelo a su alrededor. Ganando impulso, Mingyu contraatacó, dirigiendo su espada hacia el costado de la criatura, buscando herirla.
—¡Ahora! —gritó Wonwoo, alzando la mano y llamando a la bestia.
Atraída por el sonido, la criatura se giró rápidamente, dando a Wonwoo la oportunidad que necesitaba. Con un salto, se lanzó sobre ella, intentando agarrar su cola y desestabilizarla. La criatura se sacudió, y aunque Wonwoo logró aferrarse por un momento, fue arrojado al suelo con un golpe de su poderosa cola.
La caída lo dejó aturdido, pero su mente seguía trabajando a mil por hora. Mientras se levantaba, vio a Mingyu luchando valientemente, su espada reluciendo bajo la luz de la luna. Sabía que tenían que actuar juntos, pero el miedo y la tensión eran abrumadores.
—¡Concentrémonos! —gritó Wonwoo, intentando recuperar el aliento—. ¡Debemos trabajar como uno solo!
Mingyu, empapado de sudor, asintió. Se miraron, y en ese instante, comprendieron que debían combinar sus habilidades. El poder de su unión era más fuerte que cualquier monstruo.
La criatura se acercó de nuevo, lanzando un rugido que hizo temblar el suelo. Pero esta vez, estaban listos. Mientras Mingyu se mantenía en el frente, Wonwoo se movió rápidamente hacia el flanco, buscando un espacio donde pudieran hacer una combinación de ataques.
—¡A la cuenta de tres! —gritó Mingyu—. Uno, dos, tres...
En el momento culminante, ambos se lanzaron hacia la criatura. Mingyu atacó por el frente, dirigiendo su espada hacia la cara de la bestia, mientras Wonwoo se movía rápido por su lado, apuntando a las patas traseras. El impacto de sus ataques fue sincronizado, y la criatura se tambaleó, sorprendida por la repentina intensidad de su lucha.
El aire se llenó de tensión y esfuerzo, y la criatura, aunque fuerte, comenzó a mostrar signos de debilidad. Se sacudía con furia, tratando de liberarse, pero cada golpe que recibía la acercaba más a su derrota.
—¡Ahora! ¡Apunta a su corazón! —gritó Wonwoo, concentrándose en el punto vulnerable que había notado durante la lucha.
Con un grito de determinación, Mingyu ejecutó un golpe poderoso, mientras Wonwoo se movía para apoyar el ataque. La bestia, atrapada en su lucha, no pudo evitar el impacto. El sonido del metal chocando contra la carne resonó en el aire, y con un último rugido de furia, la criatura cayó al suelo.
El bosque pareció contener el aliento, y por un instante, todo se detuvo. La tensión en el aire era palpable. Ambos hombres se quedaron mirando a la criatura, que yacía inmóvil, su cuerpo convulsionando en la penumbra.
—¿Lo hicimos? —preguntó Mingyu, la respiración agitada.
Wonwoo, con el corazón aún latiendo con fuerza, se acercó lentamente. Había un silencio abrumador, pero dentro de él, una chispa de esperanza comenzaba a encenderse. Sin embargo, sabía que su trabajo aún no había terminado.
—No podemos confiar en que esté muerto. Necesitamos asegurarnos de que no vuelva a levantarse —respondió Wonwoo, buscando cualquier signo de vida en la criatura.
De repente, una luz brillante comenzó a emanar de la herida que había infligido la espada de Mingyu. Los ojos de Wonwoo se abrieron con asombro mientras una energía desconocida comenzaba a fluir del cuerpo de la criatura, como si el propio bosque reaccionara a su presencia.
—¡Mingyu! ¡Atrás! —gritó Wonwoo, mientras retrocedía, sintiendo que algo estaba a punto de suceder.
La luz se intensificó, y en un instante, la criatura comenzó a desvanecerse, convirtiéndose en una nube de sombras que giraban en torno a ellos. El ambiente se tornó electrizante, y Wonwoo sintió cómo la energía del lugar lo rodeaba.
—¡Debemos irnos! —gritó Mingyu, mientras el torbellino de sombras los envuelve.
Sin pensarlo, ambos se giraron y comenzaron a correr a través del bosque, el eco del aullido de la criatura resonando en sus oídos mientras huían. Sabían que lo que habían enfrentado no era el final, sino solo el comienzo de una nueva batalla.

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☆°Criaturas de Seúl: Luz en la Oscuridad°☆ | •Minwon/Meanie•
Fanfiction*SINOPSIS*: En un mundo donde la oscuridad acecha a la luz, Mingyu y Wonwoo, dos valientes guerreros, se encuentran en una batalla épica para proteger su hogar. Tras derrotar al temible maestro de la oscuridad, la paz parece restaurada, pero un eco...