El bosque estaba sumido en la penumbra, un lugar donde el tiempo parecía haberse detenido. Cada sombra parecía cobrar vida, cada susurro del viento un eco de advertencia. A medida que Wonwoo y Mingyu se adentraban más en la espesura, una sensación de inquietud crecía en su interior. La niebla, densa y fría, se arrastraba entre los árboles, como si quisiera envolverlos en un abrazo mortal.
—¿Estás seguro de que deberíamos estar aquí? —preguntó Mingyu, su voz casi un susurro. Había algo en la atmósfera que lo ponía en alerta máxima.
Wonwoo asintió, aunque su propio corazón latía con fuerza. Sabían que la amenaza era real y que su misión no podía esperar. Sin embargo, cada paso que daban parecía desafiarlos a mirar hacia atrás. Había algo ominoso en el silencio que los rodeaba, algo que prometía peligro.
De repente, un sonido rompió la quietud: un aullido lejano, agudo y desgarrador, que resonó entre los árboles. Mingyu se detuvo, su cuerpo tenso como una cuerda de arco.
—Eso no suena bien —dijo, mirando a su alrededor con nerviosismo.
Wonwoo, aunque nervioso, intentó mantener la calma. Sabía que debían seguir adelante. Si la criatura estaba cerca, no podían dejar que se les escapara.
—No tenemos otra opción. Debemos encontrarla —replicó Wonwoo, avanzando con determinación.
Con cada paso, la oscuridad se intensificaba. La luz de la luna apenas lograba penetrar el espesor de las ramas, y la niebla parecía moverse con vida propia. De repente, un crujido resonó detrás de ellos. Ambos se giraron rápidamente, y Mingyu empuñó su espada con firmeza.
—¿Quién está ahí? —gritó, su voz retumbando en el aire.
No hubo respuesta, solo el eco de su propia voz. La tensión era palpable, y Wonwoo podía sentir la adrenalina correr por sus venas. Algo en su interior le decía que estaban siendo observados.
Continuaron, y mientras avanzaban, encontraron señales de la presencia de la criatura: marcas en los árboles, rasguños profundos que destilaban savia fresca, huellas de pasos pesados en el suelo. Todo indicaba que no estaban lejos de su objetivo.
—Estamos en el territorio de la criatura. Debemos ser rápidos —murmuró Wonwoo, su voz cargada de determinación.
Mingyu asintió, pero su expresión era sombría. El bosque parecía cobrar vida a su alrededor, y el aullido lejano se había convertido en un coro de sonidos aterradores. Era como si el bosque estuviera advirtiéndoles que no eran bienvenidos.
De repente, un movimiento rápido en la esquina de su visión hizo que ambos se detuvieran. Un par de ojos brillantes los observaban desde la oscuridad. La criatura, enorme y aterradora, se deslizó entre los árboles. Tenía la forma de un hombre, pero su piel estaba cubierta de una capa de escamas brillantes que reflejaban la luz de la luna, y su rostro era una mezcla de lo humano y lo bestial.
—¡Ahí está! —exclamó Mingyu, levantando su espada en un gesto de desafío.
La criatura se acercó lentamente, y en ese momento, un silencio ensordecedor llenó el aire. La tensión era palpable, y Wonwoo sintió que cada latido de su corazón resonaba en sus oídos. Sabía que no podían fallar.
—Recuerda lo que Baek dijo: no solo hay que derrotarla. Debemos atraparla y llevarla de regreso al templo —dijo Wonwoo, intentando calmar a Mingyu.
Mingyu asintió, pero sus ojos no se apartaban de la criatura.
La bestia dio un paso adelante, sus ojos resplandecían con una inteligencia oscura. Sin previo aviso, lanzó un rugido aterrador, un sonido que resonó en el bosque y sembró el pánico en sus corazones. Sin pensarlo, Mingyu se lanzó hacia adelante, su espada brillando en la penumbra.
La criatura se movió con una velocidad sorprendente, esquivando el ataque de Mingyu con facilidad. Fue entonces cuando la batalla comenzó. Wonwoo, con su entrenamiento en artes marciales, se unió al ataque, intentando flanquear a la bestia. La tensión en el aire era palpable, y cada movimiento parecía dictado por el destino.
El enfrentamiento se intensificó. La criatura contraatacaba con ferocidad, lanzando garras que cortaban el aire y aterrorizaban a los dos hombres. Cada golpe que recibían les recordaba lo que estaba en juego. No solo su vida, sino el destino de la ciudad.
—¡Ahora! —gritó Wonwoo, mientras se preparaba para una ofensiva final.
Con un movimiento coordinado, ambos se lanzaron hacia la criatura. Mingyu logró un golpe en su costado, mientras Wonwoo se deslizaba detrás de ella, buscando un punto débil. El momento de la verdad había llegado.
Con un grito, la criatura se volvió, enfocando su furia en ellos. El aire se llenó de tensión, y todo parecía estar en juego. La lucha se libraba no solo con fuerza, sino con astucia y estrategia. La bestia era imponente, pero Wonwoo y Mingyu estaban decididos a no dejarse vencer.
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☆°Criaturas de Seúl: Luz en la Oscuridad°☆ | •Minwon/Meanie•
Fanfic*SINOPSIS*: En un mundo donde la oscuridad acecha a la luz, Mingyu y Wonwoo, dos valientes guerreros, se encuentran en una batalla épica para proteger su hogar. Tras derrotar al temible maestro de la oscuridad, la paz parece restaurada, pero un eco...